Aunque estamos hablando de un lugar que se encuentra en Alemania, la visita al lago de Konigssee y el parque nacional de Berchtesgaden se hace imprescindible en cualquier viaje a Salzburgo. De hecho, se encuentran a apenas unos 25 kilómetros de la ciudad austríaca y en apenas media hora estás en un lugar con muchos atractivos por metro cuadrado. En este post vamos a ver todo lo que podemos hacer y visitar.
Konigssee, un encantador pueblecito al lado de un lago
Konigssee es un pequeño al lado del lago homónimo. Quien me iba a decir que los paisajes más verdes y alpinos los iba a disfrutar en Alemania. Pero también, las casas y cualquier edificación de este lugar parece sacado de cuento.

De hecho, nos gustó tanto que alargamos los días en él como en la foto anterior. Y no nos pudimos resistir a repetir destino dos días. Por eso, veréis fotos con distintas iluminaciones ya que tuvimos un día más nublado que el otro.

El pueblo gira en torno a su embarcadero, desde donde parten los barquitos que recorren el magnífico lago y que se encuentra justo en la plaza principal. Os recuerdo que en este viaje visitamos Hallstatt que dicen que es el pueblo más bonito a orillas de un lago.



Dejamos el primer día el embarcadero para centrarnos en los caminos que bordean el lago. Desde la plaza principal tenemos varias opciones para recorrer los alrededores y disfrutar de tranquilas caminatas entre un verde espectacular.

De hecho, el agua del lago era de un verde intenso a causa del reflejo del entorno.

La imagen anterior es producto de un momento que apareció el sol entre las nubes. Al poco, volvió a cerrarse y aparecieron las nubes.

Paseando os encontraréis multitud de detalles y pasajes que os obligarán a parar para hacer una y otra foto. Hay un rio bastante caudaloso que trae agua al lago.

En uno de los puntos lo atraviesa un viejo puente de madera de construcción tradicional.


En el interior del puente, todo madera…

Cuando cae la tarde, los rayos de sol comienzan a menguar creando espectaculares juegos de luz con las montañas. Insisto, este lugar es para andar tranquilamente y disfrutar de las vistas que continuamente iremos descubriendo.


Comer en Konigssee
Para comer, tenéis que ir hacia el restaurante del lago que se encuentra a mano izquierda según miramos al lago desde la plaza principal. En la siguiente foto lo tenéis al fondo.

Al cabo de unos minutos te plantas en el restaurante.

El aspecto exterior es rústico.

y el interior todo de madera con decoración típica de montaña.

Y sin duda, lo mejor es su magnífica ubicación. Esa terracita no tiene desperdicio.

La comida que te ofrece es sencilla, abundante y típica alemana.

Navegando por el lago de Konigssee y la iglesia de San Bartolomé
El segundo día amaneció más soleado y la intención era navegar. Por tanto, lo primero fue dirigirse al embarcadero que como he comentado, se encuentra justo en la plaza principal.

Desde aquí, se parte a la iglesia de st. Bartolomé y que se encuentra justo al otro lado del lago. En la siguiente foto podéis ver al fondo Konigssee y en la parte inferior la iglesia de St. Bartolomé. Pues bien, este es el recorrido que te ofrecen los barcos.

Y una vez en el barco, el viaje es una sucesión de postales alpinas para llenar álbumes de fotos. Aquí van algunas…




Y al cabo de un rato, llegamos a la iglesia y su embarcadero.






Una vez en tierra, la iglesia está rodeada por una gran explanada de césped.


Aquí, tenemos la opción de visitar la iglesia…


… o intentar recorrer algunos de los caminos que parten desde aquí.


Para los que vais en familia, al lado de la iglesia tenéis una zona de juegos infantiles impagable para los niños.

Y digo lo de impagable porque pocas veces podréis columpiaros rodeados de un paisaje tan espectacular.
Al cabo de un buen rato, cogimos de nuevo el barquito de vuelta a Konigssee



Y una vez en Konigssee a pasear de nuevo. Esta vez, nos encontramos con alguna sorpresa para los niños como unos muñecos que se movían al echar un euro. Bueno, todo sea por unos minutos de entretenimiento aunque los muñecos eran un poco feos bajo mi punto de vista 😉

Como habréis podido ver, Konigssee lo tiene todo para ser un valor seguro en vuestro viaje a Salzburgo y alrededores.
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