Cuando visitas Salzburgo hay un punto que es visible desde toda la ciudad y ese es el «Festungberg» o su montaña. Y justo coronándola se encuentra la impresionante fortaleza que presume de ser la mejor conservada de toda Europa Central. Pero el mérito radica en las dimensiones de la misma que hacen que el hecho de que haya llegado en este estado a nuestros días sea casi un milagro.
¿Porqué ha llegado la fortaleza Hohensalzburg intacta a nuestros días?
Esto es una teoría personal, pero quizás ha contribuido a su estado de conservación precisamente el hecho de que nunca ha sido conquistada. Eso sí, sitiada si que ha estado pero siempre ha conseguido sobrevivir al sitio. Relacionado con los sitios, es muy curiosa la historia del «lavandero de toros Salburgués» quien durante un asedio pintaba el mismo toro de un color diferente para que el enemigo pensara, al pasear el toro por los muros de defensa que tenían muchos más de los que en realidad tenían. Así, el enemigo se desmoralizaba antes.
Historia de la fortaleza de Salzburgo
La fortaleza data del 1077, año en el cual el arzobispo Gebhard la construyó. A partir de ese año sus descendientes continuaron ampliando y mejorando la construcción. Pero no fue hasta entorno del 1500 que la fortaleza no adquirió su aspecto actual que vemos desde cualquier parte de Salzburgo. El objetivo era proteger al principado y los arzobispos de los ataques enemigos.
Visible desde todo Salzburgo
Al estar en un lugar elevado, la fortaleza es visible desde toda la ciudad. Por eso, durante varios días hice fotos que ahora compruebo que la fortaleza aparece de fondo inevitablemente.
Visión panorámica de la ciudad
Imaginemos que por un instante no te gusta la historia. Pues aún en ese caso vale la pena subir a la fortaleza por las vistas de 360 grados sobre la ciudad. Desde allí arriba, y no solo desde un único lugar, puedes disfrutar de las mejores vistas de la ciudad.
Y cuando digo cualquier lugar, estoy hablando de cualquier ventana o rincón del castillo.
Paseando por el exterior del castillo
El hecho de ser una fortaleza tan grande hace que se pierda un poco la perspectiva de que en realidad estás en un castillo. Más bien, en algunas ocasiones parece que estés en un pueblo o pequeña ciudad.
Detalles de la visita
La visita es larga y puedes visitar muchos lugares del castillo. De todas formas dentro de la misma hay algunos indicados como especiales.
Dormitorio real
En el dormitorio, la estancia más íntima de las cámaras reales, y en todas las demás habitaciones, había muebles y textiles preciosos, como tapices, que eran, con el tiempo, reemplazados por otros más «modernos». El elaborado revestimiento de madera para protegerse del frío todavía da testimonio del esplendor de los días pasados. La parte superior parte de los paneles están decorado con botones dorados y rosetones, mientras que la parte inferior, hoy desnuda, estaba probablemente cubierta con tapicería de cuero o terciopelo. La puerta oculta un retrete -de un tipo bastante primitivo- que era, sin embargo, una instalación muy moderna en esos días y era accesible desde cada piso.
La cámara dorada
Esta es la habitación más magníficamente amueblada de las cámaras reales, las dos largas paredes están ocupadas por bancos lujosamente decorados con vides, uvas, follaje y animales. Antiguamente estos bancos eran cubierto con tela o cuero, pero la tapicería no ha sobrevivió, ni el tapiz de cuero repujado en oro que adornaba la parte inferior de la pared.
La estufa
La joya absoluta de la cámara dorada es la colorida estufa de mayólica junto a la puerta. La estufa está dividida en tres segmentos y en su parte inferior cuatro filas de azulejos están decoradas con fantasía de flores y frutos. La representación de las frutas exóticas, parte de ellas se asemejan a las piñas, se inspiró en las expediciones de marinos europeos a finales del siglo XV y principios del siglo XVI.
En el cuerpo central, en el primer gran relieve, en la izquierda podemos ver el escudo de armas de Leonhard von Keutschach, mostrando el escudo de armas de Salsburgo. Algunas de las decoraciones muestran motivos religiosos. Un ejemplo es el mosaico de esquina grande más a la derecha, que muestra la Adoración de Jesús por los Tres Reyes Magos. La parte superior de la estufa está formada por dos filas de estufas más pequeñas con azulejos que muestran, entre otros, al arzobispo Leonhard von Keutschach, el emperador Maximiliano I con el escudo de armas del Sacro Imperio Romano Germánico, la Anunciación y Santa Barbara.
El resto de la visita-museo
Entre estancia y estancia hay pequeñas muestras de elementos de la época, desde armaduras o trajes de la época.
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