Os juro que lo que explico en este post es tan cierto como que en Escocia hay renos.
Era un día de Septiembre soleado. Fue esa curiosidad de ver a unos animales tan famosos gracias a la Navidad la que nos empujó a apuntarnos a visitar una granja de renos en las tierras altas escocesas, allá por las montañas Cairngorms en nuestro viaje en autocaravana.
En principio teníamos que ir a la montaña donde se encuentran los animales pero llegamos un poco tarde al punto de encuentro. Al haber ido en caravana, no era posible ir en coche por lo que los niños se decepcionaron bastante. De repente, un todoterreno verde y rojo nos pitó. Un viejo con barba blanca nos hizo indicaciones. Me acerqué y me preguntó si queríamos ir a ver los renos. El todoterreno y el señor Klaus (así se llamaba) nos habían salvado el día. Y por supuesto, la sonrisa volvió a la cara de los niños.
Avanzamos por un sendero en la montaña hasta alcanzar al grupo. Klaus aparcó el vehículo y descargó unos sacos. Como a partir de este punto había que ir caminando, entre todos nos turnamos en el transporte de los sacos que resultaron ser la comida con la que alimentaríamos a los renos. Durante el trayecto, Klaus jugueteaba con Pau y David que eran los niños más pequeños de la excursión. El recorrido, entre los prados escoceses hasta la montaña de los renos se hizo incluso corto.
Las cima de los Cairngorms no tienen apenas árboles. Supongo que el invierno y la nieve es el culpable de este paisaje. Pero de repente, el paisaje dejó de ser el protagonista en el momento que se acercó el primer reno. Aunque nos avisaron que tuviéramos cierto cuidado con ellos, Klaus jugueteaba con ellos como si realmente se conociesen hace tiempo. Le preguntó a David si quería alimentar un reno y por supuesto David contestó afirmativamente.
Bueno, la verdad es que David cerró los ojos temeroso ante un animal tan grande. Sin embargo, el reno tuvo paciencia y cuidado con David, que poco a poco cogió confianza. Mientras, Klaus reía a carcajadas…
Después de un rato de andar entre renos Klaus llamó a Pau y David. Introdujo la mano en su bolsillo y se agachó para situarse a su altura mientras les susurraba en un tono misterioso.
— Esto es algo muy especial – comentó Klaus sacando una especie de arenilla de una bolsita.
Roció un poco en los zapatos de los niños.
— Es polvo de renos -dijo orgulloso.
Los niños comenzaron a correr por el prado saltando esperando impulsarse con el polvo mágico. Klaus los llamó y les dijo que lo hacían perfecto pero que solo funcionaría el día de Navidad. Entonces, en ese día debían saltar muy alto. Les dio un poco de aquel polvo para que lo utilizaran en el mágico día.
El tiempo entre renos llegó a su fin. Nos agrupamos todos y Klaus nos dijo que se quedaba allí. El resto bajamos al «campo base» de la granja. Una vez allí, estuvimos visitando una mini exposición sobre los renos. Sin embargo, había unas casitas navideñas que captaron mi atención. Pregunté a la monitora por ellas y si podíamos entrar.
— sí pueden visitarlas. Klaus viene todos los veranos y trabaja en ellas. ¿Han quedado bonitas eh?
Efectivamente, unas bonitas casas de madera con decoraciones navideñas como si estuviéramos en la mismísima casa de Papá Noel. Y fue aquí cuando comencé a preguntarme quien era ese supuesto Klaus: un viejo barbudo de risa escandalosa que viene a una granja de renos, lleva polvo de renos, construye sus casitas navideñas y se lleva especialmente bien con los renos.
Por la noche, al llegar a la auto caravana repasé las fotos del día como un buen bloguero. Mi sorpresa fue que ninguna de las que había hecho con Klaus había salido. Estaba seguro que los niños habían posado con el viejo amigo pero de fotos ni rastro…
No sé quien era es Klaus pero las casualidades han hecho que la duda razonable acerca de su procedencia vuelvan en Navidad. Por si acaso, el día 25 Pau y David rociarán sus pequeños zapatos con unas briznas de polvo de reno que guardamos. Ese día quizás se confirme la magia de la Navidad.
Y en honor a Klaus aquí va este dibujo que he realizado para ilustrar ese post. Espero que os guste…
marta dice
Hola! Estoy inspirandome en un blog para organizar nuestro viaje en autocarabana por escoia que vamos a hacer en agosto! Esta todo genial. Pero me podrías indicar la granja donde fuisteis a ver a los renos?
Muchas gracias!
marta
somos dice
hola Marta. lo reviso y lo pongo como otro comentario hoy mismo.