Llegó nuestro primer día de mar en Cantabria en nuestro recorrido por Cantabria y el destino elegido fue la costa de Liencres, concretamente el parque natural de las dunas de Liencres. Un parque, que a priori estaba bien señalizado y con un buen acceso que al tener además dunas, podía ser la elección perfecta para un día de playa en familia.
El bosque de pinos del parque natural de las dunas de Liencres
Las previsiones se cumplieron. Llegamos a la entrada del parque natural de las dunas de Liencres, que nos saludó con un gran bosque de pinos.
Aquí hemos de decidir si queremos hacer un día de bosque o de playa. Es la ventaja de este parque natural: podemos adaptarlo a nuestras necesidades.
Si aparcas en el párking de la entrada en el bosque, puedes iniciar una senda a través del mismo en el que a la sombra de los Pinos recorrerás un camino sencillo y sin desnivel hasta llegar a la playa y las dunas. Sin duda una gran opción para los que pretenden ir más de un día a esta zona.

Aparcando y vista general de las playas
En nuestro caso, optamos por ir directamente al párking de la playa que, dado que era pronto, por la mañana no estaba completo. Eso sí, más entrado el día la cosa cambia…

Playa de canavalle
Una vez aparcados tenemos dos posibles playas que visitar: la de canavalle que se sitúa a la derecha y la de la izquierda. Eso sí, ambas absolutamente espectaculares. En la foto anterior podéis ver la que queda a la izquierda. En ella, las grandes dunas predominan. La de la derecha o de Canavalle, es otra vista increible.


Playa de las dunas
El dilema era a qué playa ir. En nuestro caso, pesó en la decisión el tema de las dunas por lo que fuimos por una pequeña senda a la playa situada a la izquierda.

Cuando cruzamos una pequeña colina se abrió ante nosotros una gran playa con las dunas protegiéndola. Desde cualquier parte del camino, las vistas son para deleitarse.
No sé si es habitual pero el oleaje era muy intenso por lo que el baño estaba prohibido. Sin embargo un enjambre de surfistas nadaban hacia las olas buscando su ola perfecta.
Encontramos justo al inicio de la playa un pequeño recoveco donde al menos los niños se pudieron bañar un poco.

Otras vistas de ese agua cristalina entre las rocas.
Mientras, inicié el camino hacia las dunas.
Subiendo la primera se puede observar que no es cuestión de una sola duna ya que en el espacio que hay desde la playa hasta el bosque de pinos varias colinas de arena componen el paisaje. Realmente un placer pasear por estas colinas observando el mar al fondo.


Resumen
El lugar es recomendable tanto por la facilidad de acceso como por las opciones que ofrece: bosque, dunas, playa… Una variedad que hará que siempre le encuentres algún encanto al parque natural. A nosotros nos queda pendiente el camino a través del bosque.
En ambas playas hay un restaurante donde poder comer. Nosotros reservamos en el llamado “Al otro lado de Liencres”.
Me a parecido un sitio maravilloso,tanto una playa como la otra, pero me a llamado la atención la suciedad que en las dunas, todo lleno de papeles de baño y toda clase de porquería,muy irrespetuosa la gente,en los mismos chiringuitos de la playa,suciedad x todo los lados,se ve que las papeleras no las deben ver,una pena tanta acumulación de mierda x todo,con el sitio y el entorno tan extraordinario que es.