Poco a poco voy desgranando nuestra visita a Cantabria. Puesto que es un viaje tranquilo vamos parando en pequeños rincones para disfrutar el máximo de este espectacular destino. Por eso, no es este un viaje para «ventilarlo» en un solo post sino que estamos disfrutando cada rincón con su artículo. Esta vez, es la costa de Noja y Santoña la que vamos a mostrar ya que es un lugar para admirar y pasear sus costas y playas.
Ese día, la idea era recorrer la costa para, de cara hacia la tarde, ir a la ruta del paleolítico de Rasines. Había leído que esa ruta era muy «chula» para ir con niños y fue un acierto como podéis leer en el post.
La ubicación de Noja es la que muestro en el mapa.
Volviendo a la costa, Noja nos atrajo desde el primer momento. Está situada como a unos 40 kilómetros de Santanter.
Playa de Ris en Noja
Ese día se había azulado el cielo más de lo normal y las temperaturas eran muy favorables. Por ello, las playas parecían como las más familiares del Mediterráneo. Las fotos que os voy a mostrar las hice en las zonas marcadas en la imagen:
La marca más de la izquierda corresponde a la inmensa playa de Ris. Si alguien cree que la costa Cántabra está llena de aristas y piedras, va muy equivocado. Ya vimos el ejemplo de las dunas de Liencres y ahora, tenemos otro gran ejemplo: la playa de Ris.Y si miramos hacia el otro lado…
Nos quedamos unos instantes viendo el bullicio. Era Septiembre en nuestro viaje a Cantabria y como veis, no había una saturación de la arena y realmente invitaba al baño.
Playas entre rocas en Noja
Situados de cara a la playa, justo en la vista izquierda (al este) se observaban unas rocas al fondo. Decidimos seguir bordeando la costa hasta esa zona. Al final de la zona de arena más amplia comenzaba la zona de las rocas. Sin duda, las playas con rocas tienen un encanto especial ya que entre las rocas a la gente nos gusta encontrar nuestro rincón.
Esta misma vista, con un poco más de ángulo para ganar perspectiva.No hay que decir que el agua estaba absolutamente cristalina y en general había un contraste de colores muy bonito.
A medida que nos íbamos desplazando hacia el este las rocas se hacían cada vez más abundantes llegando a cambiar por completo el paisaje. Por tanto, pasamos en pocos metros de una playa absolutamente plana y arenosa como la de Ris a un paisaje más rocoso y no por ello, con menos encanto.
Entre rocas, a veces aparecía alguna pequeña cala escondida que seguro que la gente del lugar saben como llegar.
Caminamos un rato bordeando la costa y parando cada pocos metros para observar el paisaje. Había un camino señalizado que invitaba a caminar. Una lástima no tener tiempo para tanto camino espectacular. Este creo que era uno de esos.
Y es lo que tiene Cantabria: el césped aparece en cualquier lugar. Esto es muy diferente de otras playas en climas más cálidos a las que estoy más acostumbrado. Allí, y diría que en general a toda la costa atlántica, la vegetación intenta avanzar a pesar de la costa.
Ensenada de Noja
Si seguimos avanzando por la costa, llegamos a la ensenada de Noja. Allí, otra gran playa se abría ante nosotros.
Bahía de Santoña
A partir de aquí, si vamos en dirección sur pasaremos por el parque de las marismas de Santoña. Nosotros pasamos en coche y paré en un punto que se veía toda la bahía de Santoña perfectamente.
Como siempre, el juego de mareas aporta un colorido en el subir y bajar de las mismas. Y acabamos con una panorámica de toda la bahía.
Lo sé, es un recorrido muy rápido el que hemos hecho. Pero es lo que tiene Cantabria. Si lo quieres ver todo tendríamos que estar allí meses. De momento, en este blog me contento con que tengáis una idea y quizás los que acabéis descubriendo estos parajes en profundidad seáis vosotros.
Portatrajes de viaje dice
Una auténtica maravilla toda esa zona para ir de vacaciones y disfrutar con la familia.
somos dice
Supongo que por eso es uno de los temas con más éxito de este blog. 😉