Muchas veces te encuentras casi de casualidad paisajes y lugares muy especiales. Y esta fue la forma como nos encontramos con el bosque de secuoyas en Cabezón de la sal en nuestra Cantabria con niños. No podíamos imaginar que acabaríamos viendo estos majestuosos árboles que por cierto, no pudimos ver en nuestro viaje a San Francisco por una cuestión de pura mala suerte.
¿Y cómo llegaron unas secuoyas a Cantabria? -me preguntaba al enterarme que había un bosque así en la zona.
Los primeros documentos que hablan del lugar contaban las frondosidad de sus robledales. A principios de siglo hubo algunas plagas que causaron la muerte a más de 5000 robles y se iniciaron políticas de reforestación. Se optaron por especies de rápido crecimiento así como algunas exóticas (poco comunes) como la secuoya, protagonista de este bosque. Por cierto, las secuoyas del Monte Corona fueron declaradas monumento natural.
Cómo llegar al bosque de secuoyas
La entrada al parque está localizada en Google por lo que no te será difícil encontrarla en la localidad de Cabezón de la Sal. Hay un párking no muy amplio en la entrada aunque unos metros más alejado de la entrada hay otra explanada donde poder aparcar.
La visita al Monte Corona
El lugar está perfectamente acondicionado para la visita. De entrada una pasarela de madera te introduce en el bosque con carteles explicativos sobre el entorno y las secuoyas a lo largo del recorrido.
Al final de la pasarela, el camino sigue a través una pista de tierra entre un bosque realmente mágico.
Las Secuoyas son árboles trazados con un tiralíneas y se elevan verticalmente muchos metros en una vertical perfecta.
Su piel es una corteza es blanda y de una textura extraña que se hace agradable de tocar.
Pararse ante una secuoya, mirar al cielo y sentirse pequeñito, pequeñito…
Lo que iba a ser una visita rápida se convirtió en media mañana. Y es que los niños por lo accesible del terreno en todo el bosque corrían a su antojo entre las secuoyas. Además, el camino circular que recorre el bosque es una verdadera delicia para recorrerlo de forma tranquila.
Acabamos en un gran abrazo, quizás para comprobar la magnitud de estos árboles… o para mostrarles nuestro agradecimiento por la mañana fantástica que pudimos disfrutar. Casi que lo segundo…
Nuestro Cantabria con niños estaba dando mucho de sí y esta fue una de las jornadas con mayores sorpresas.
Lili dice
Pero qué preciosidad!!!!
Me parece el lugar perfecto para llevar a los niños a leer cuentos con valores medioambientales.
Muy buen post, un gran trabajo
somos dice
@lili es una buena opción…