En este blog somos apasionados de Gaudí. Ya hemos publicado unos cuantos post relacionados con la obra del genio de Reus. Desde un capricho en Cantabria, unos jardines poco conocidos, o algunas de sus obras en Barcelona como la Pedrera. Pero ya era hora de publicar un post relacionado con su obra más famosa y que mucha gente espera visitar como un imprescindible de su visita a Barcelona: la Sagrada Familia.
Entradas para la Sagrada Familia
Se pueden comprar las entradas en la web de la fundación, que gestiona el templo, de forma anticipada. Viendo en pleno enero las pocas plazas que quedaban, me imagino que de cara a épocas más turísticas comprar esa entrada con poca antelación debe de ser una misión casi imposible.
En la web tienes varias opciones: desde la visita con audioguía a hacerlo con guía turístico. La diferencia es tan poca que prefería con guía si no fuera porque ya no había plazas. Todas las entradas tienen asignados los horarios en los que se debe de realizar la entrada. Por eso, si tienes un guía, subir a la torre o pasearte por tu cuenta, has de elegir el horario que más te convenga. Entiendo esta medida como necesaria ya que el templo aunque es grande sería imposible de dar cabida a la avalancha de turistas sin un mínimo control de las horas de entrada.
Vista exterior de la Sagrada Familia
En este post no pretendo hacer una descripción histórica o valorar artísticamente este templo. Principalmente porque no tengo el suficiente conocimiento para hacerlo. Por tanto, me limitaré a contaros lo que fue mi visita en cuanto a la experiencia.
Mientras esperábamos que nos llegase el turno de entrada dimos la vuelta a todo el templo en la parte exterior. Es necesario para poder apreciar cómo a medida que cambiamos el ángulo de visión también vemos nuevos elementos. Como siempre, con Gaudí hay que ir fijándose en cada detalle.
Comenzamos nuestro recorrido desde la espectacular fachada del nacimiento, que es la más decorada de las dos principales fachadas.
A partir de aquí, comenzamos a girar alrededor de la manzana para ver cómo cambia de aspecto.
Poco a poco, se aprecian las altas torres entre los mil espacios que crea Gaudí a lo largo de todo el perímetro hasta llegar, justo en el lado opuesto a la fachada de la pasión.
La fachada de la pasión
Esta fachada, al representar la pasión de cristo está mucho menos decorada que la del nacimiento. El artista era consciente del mensaje que quería transmitir en una parte del templo y en la otra.
Incluso las columnas que aparecen en la parte baja y alta recuerdan en cierto modo las costillas de cristo. Gaudí quiso que fuera especialmente dramática y Josep M. Subirachs realizó los grupos escultóricos y las puertas con textos del evangelio (1986-2001). Las cuatro torres de esta fachada corresponden a los apóstoles jaime, Bartolomé, Tomás y Felipe, esculpidos también por Subirachs. Entre todas las torres, la más alta será la que se consagrará a Jesús, y sobre el ábside crece la que representará a Maria
La fachada del nacimiento
Una vez que accedes al recinto, lo haces por la fachada del nacimiento. Quedas absolutamente abrumado por la abundancia de los detalles en la decoración y posiblemente necesitarías mucho más tiempo del que acabas invirtiendo para descubrirlo todo.
Esta fachada está tan decorada como una forma de expresar la alegría por el nacimiento de Jesús. Se comenzó a trabajar en ella en el 1892 y se acabó con el campanario del apóstol Bernabé justo antes de la muerte de Gaudí en el año 1925. Los otros tres campanarios dedicados a los apóstoles Judas, Simón y Matías se acabaron en el 1930. Los pórticos estás consagrados a María, José y Jesús. A su vez, representan la fé, la esperanza y la caridad respectivamente. Las puertas de bronce son obra de Etsuro Sotoo (2014-2015)
El interior de la Sagrada Familia
Al entrar por primera vez en el templo me pareció más pequeño de lo que me esperaba. Quizás tenía en mente las grandes basílicas del mundo. Digamos que la Sagrada Familia no juega en la liga para ganar por volumen, ni creo que lo pretenda. Sus aspiraciones van más por las de crear un espacio único que nos evoque experiencias según en el lugar de la misma en el que nos encontremos.
Lo que más sorprende al visitante cuando entra en su interior es que le recuerda algo pero no caes en el primer momento. Quizás porque buscas la analogía en otros tempos que has visitado. Y si buscas en ese cajón de recuerdos no descubrirás nada. Como siempre con Gaudí hemos de irnos a la naturaleza para descifrar este tipo de problemas.
Efectivamente, su interior evoca a un gran bosque donde las columnas hacen de troncos, las ramas son las ramificaciones que salen de los capiteles y las bóvedas representan el follaje.
En el frontal tenemos el altar que juega también con la luz del ambiente para crear un espacio de recogimiento.
Pero junto con el bosque el otro elemento que destaca es el de la luz y cómo se juega con ella en todo el espacio. De esta forma, las vidrieras juegan un papel esencial.
Gracias a los diferentes tonos de los cristales, se consiguen efectos increíbles en todo el edificio.
Se consigue una gama completa de colores que se realzan justo en las horas del día que la luz ha de entrar por ese lateral de la nave.
El museo de la Sagrada Familia
Junto con la entrada se puede visitar el museo, que por cierto, es mucho más grande de lo que esperaba. De hecho, visitarlo con detenimiento implica invertir un buen rato ya que hay muchas salas y mucha información. Evidentemente, podemos ver las líneas de trabajo básicas del genial arquitecto. Ese método de trabajo hacía que el yeso tuviera un papel primordial. Él siempre experimentaba con maquetas de este material. En nuestro tiempo hubiera hecho simulaciones con autocad pero con las herramientas de su tiempo no le quedó otra forma de experimentar. Gracias a estas maquetas que dejó hechas, se ha podido mantener la fidelidad a su obra.
A pesar que hoy en día he comentado que tenemos muchos más avances, se ha querido mantener la fidelidad a esa forma de trabajar. Por ello, sigue existiendo un taller de maquetas en el que se trabajan al igual que lo hacía Gaudí. Eso sí, se ha innovado un poquito utilizando impresoras 3D para crear los modelos tridimensionales.
En el museo se pueden apreciar muchas de esas maquetas que son el embrión de las imponentes estructuras.
Pero no solo utilizaba el yeso para la parte de la estructura de la basílica. Gaudí realizaba gran parte de las esculturas con la técnica del modelaje: escogía una persona o un animal, lo modelaba en yeso y después lo reproducía ampliado para realizar las correcciones pertinentes en la versión final en piedra.
Escuelas de la Sagrada Familia
Gaudí creó un edificio con el objetivo de ser la escuela para los hijos de los trabajadores del templo y de los niños del barrio. Y este pequeño edificio que estaba destinado a tener una vida corta se ha convertido en una muestra insignia de la arquitectura moderna debido a la forma ondulada de su tejado y paredes. Fue una innovación en aquel momento.
Es posible visitar el interior que intenta reproducir cómo era en aquella época.
Y para terminar, un video del templo justo cuando suena el Ave María. Una experiencia única…
También tenéis los dibujos de la Sagrada Familia que realicé recientemente y qe publiqué en un post anterior reciente. Aquí tenéis el enlace.
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