Últimamente en las noticias se hacen eco de los efectos del turismo en lugares que poseen una máxima atracción turística. Se llama el Síndrome de Venecia y su nombre se debe a un documental alemán de 2012 con ese nombre en el que los habitantes de la turística ciudad se quejaban de los estragos del turismo.
El otro síndrome de Venecia
También se conoce el síndrome de Venecia al también conocido como «Síndrome de Stendhal» y se caracteriza por una serie de síntomas que pueden incluir mareos, confusión, palpitaciones, desorientación e incluso alucinaciones, todo ello provocado por la abrumadora belleza y el rico patrimonio artístico de la ciudad.
Y es que cuando se cruza el umbral de sostenibilidad esos lugares mágicos se pueden convertir en auténticos desengaños para los viajeros debido a los efectos de la masificación. En este post me gustaría hablar de algunos de estos lugares que si no se toman medidas más drásticas acabarán repeliendo turistas en vez de atraerlos.
Una forma de verificar que estos lugares están inundados de turistas es ir a google maps y arrastrar el hombrecito que nos da una visión del lugar en primera persona. Veréis que es complicado ver cualquiera de estos lugares como aparece en las fotos de los catálogos.
Venecia. El lugar que dio el nombre al síndrome.
Para entender qué es el síndrome de Venecia hay que ver lo que ha pasado con esta ciudad los últimos años o décadas. Venecia es una ciudad con una población de 50.000 personas. Sin embargo, desde mitad del siglo veinte hasta nuestros días ha perdido un total de 100.000 habitantes lo que equivale a dos tercios de su población. Este porcentaje es mayor que la pérdida que ocasionaron las famosas pestes de los años 1629, 1630 y 1631 y que se elevó a 50.000 venecianos.
Este éxodo se ha producido porque, básicamente, la ciudad ha pasado de estar preparada para la población residente a ser una ciudad para turistas efímeros de un día. Desde el precio de todo hasta la obsesión para aumentar el número de plazas de alojamiento, pasando por los grandes cruceros que incluso han provocado incidentes chocando con barcos pequeños, todo está creando una tormenta perfecta que hace que se haya llegado a ese umbral de sostenibilidad que comentaba antes.
Antes, al menos, si ibas a una tienda hablando en italiano y por tanto, siendo residente, se aplicaba un descuento. Hoy en día esto se está perdiendo y los precios se están homogeneizando a la alta, claro.
El tema de los cruceros no es solo lo que ocasionan a nivel de gente que desembarca. Las olas y el movimiento de agua que ocasionan esas grandes moles también tiene sus efectos en la ciudad desde un punto de vista estructural. Por tanto, podemos afirmar sin duda, que es una seria amenaza para la propia ciudad como tal sin contar con sus habitantes.
Los organismos ya reclaman que se regule esta avalancha de turistas por la que 50.000 residentes reciben unos 20 millones de turistas anuales. Número de cruceros, visitantes, … las limitaciones que se contemplan son varias pero veremos cuándo se aplican y en qué configuración quedan finalmente.
Santorini. De la paz del Egeo a la pesadilla con vistas al Mediterráneo.
La imagen de Santorini en Grecia que nos llega siempre es la misma. Unas casas blancas con cúpulas azules encaramadas sobre la rocosa isla y con unas increíbles vistas del Mediterráneo. Muchos de los viajeros se enamoran de esa instantánea y quieren viajar a un lugar idílico en el que el sol se pone en un lugar tranquilo en un Mediterraneo calmado.
Sin embargo, lo que la gente no sabe es que para conseguir esa foto hay que ir a unas horas muy intempestivas y aún así no te aseguro que consigas una panorámica tan idílica. Incluso mejor por la mañana que la gente está durmiendo la mona y la probabilidad de buen foto aumenta si la juerga de la noche anterior fue grande para todo el mundo menos para tí. Eso sí, quizás tengas que utilizar algún juego de codos al igual que en baloncesto para conseguir ganar la posición.
Santorini tiene dos problemas principales. Por un lado, la población de la isla está creciendo y ha pasado de 6000 habitantes a más de 25000 en poco tiempo. La demanda turística hay que cubrirla con puestos de trabajo y por tanto, la isla, ha recibido nuevos residentes. Esto hace que una isla que estaba preparada para ciertas condiciones de demanda de agua, luz o incluso de profesores o médicos tenga problemas para poder ofrecer la oferta necesaria.
Hay quejas por los precios en general que son más altos que en el resto de Grecia o incluso islas vecinas. Otro problema es el de la construcción. En Santorini el espacio edificado llega al 15% mientras que en otras islas vecinas no llega al 1%.
Por cierto, New York Times recomienda una alternativa más tranquila a Santorini: la isla de Tinos. Es una isla que se aleja de los circuitos comerciales y que se encuentra entre las islas de Andros y Mikonos. Últimamente para tener una pista de lugares con síndrome de Venecia hemos de acudir a New York Times y ver sus recomendaciones alternativas a lugares que considera masificados.
Maya bay. El problema de aparecer en una película.
A veces ser demasiado bonito es un problema. Mejor no destacar y esto es lo que le hubiera gustado a las autoridades locales cuando atraídos por sus paradisíacas aguas se rodó la película «la playa» en Maya Bay, Tailandia. Estaba protagonizada por Leonardo di Caprio y dirigida por Danny Boile.
Ya la tortura para el lugar comenzó con la propia grabación de la película donde a pesar de la espectacularidad del paraje, sobraba algún cocotero e hierbas. Parece que el director quería una playa más ancha y lo consiguió. Y ya puestos movió unas dunas para que fuera todo el entorno más fotogénico. De hecho, 20th Century Fox fue denunciada y posteriormente la corte suprema de Tailandia ratificó la demanda.
Pero los problemas para Maya Bay solo hicieron que comenzar. La afluencia de turistas comenzó y ha convertido el lugar en lo más alejado a un lugar para hacer yoga. Solo basta ver la imagen en google Maps para apreciar la invasión turística.
Como consecuencia, el gobierno de Tailandia ya decidió cerrar la isla varios meses al año y se plantea prohibir el acceso en barco a la bahía. Se estima que con toda la afluencia de turistas el 80% de la barrera de coral se haya en mal estado.
Barcelona. El eterno conflicto
Cuando leo noticias de Barcelona se habla de que hemos de elegir un tipo de turismo sostenible. Sin embargo, nos olvidamos del pequeño detalle de que posiblemente es el turismo el que elige la ciudad. Recientemente vi unos turistas en el Parc Güell junto a unas pintadas que decían algo como «vuestras vacaciones de lujo son nuestra ruina«. Evidentemente, yo como viajero estas cosas me las tomaría en serio y algún sentimiento de incomodidad seguro que tendría.
Otro síntoma de la masificación que refleja Barcelona es que New York times recomienda este año Valencia pero como una alternativa a la masificada Barcelona. Si a todo esto sumamos una delincuencia que parece que aumenta a costa del turista y que se magnifica en las noticas, llegamos a un punto que podría comenzar a ser preocupante para los intereses de la ciudad. Veremos si consiguen ganar esta batalla.
Brujas. Luchando contra el síndrome de Venecia
Me gustaría acabar con un ejemplo de ciudad que consciente de los problemas ha lanzado una serie de medidas para combatir este problema. Estoy hablando de Brujas en Bélgica que es una ciudad de 110.000 habitantes y que recibe un total de 6 millones de visitantes al año.
Brujas tiene el centro histórico que es patrimonio universal por la Unesco. El turismo deja 300 millones de Euros y crea 6000 puestos directos de trabajo en la ciudad.
A pesar de estos números interesantes tiene el riesgo de convertirse en la nueva Venecia. Por ello, han lanzado una serie de medidas interesantes:
- Plan de gestión especial para los 15 paisajes urbanos protegidos.
- Medidas para limitar la circulación de vehículos de forma temporal en ciertas calles. (gestión de las zonas peatonales, etc..)
- El estacionamiento en el centro se paga y está limitado en el tiempo a excepción de los residentes.
- Parada de autobús central para autobuses turísticos para evitar que se desparramen por la ciudad. La parada de transporte público en un lugar cerca del centro pero no en el mismo y donde está menos castigado por el turismo.
- Multas para los reclutas de turistas, publicidad engañosa o el comportamiento irrespetuoso.
- Controlar el precio de la vivienda así como limitar los hoteles y viviendas vacacionales. Si existe ya la vivienda vacacional velar porque cumpla todas las normativas (medidas anti incendio, etc..)
- Licencias para los guías turísticos que mueven los grupos de turistas de cruceros.
Preguntas interesantes sobre el síndrome de Venecia.
Proviene de un documental alemán del 2012 que trababa precisamente el problema de la masificación con el ejemplo de Venecia.
Los últimos años el turismo está invadiendo la isla y ha hecho por ejemplo que sea la isla griega más edificada con un total del 15% de su superficie.
Hasta no hace mucho, esta playa por lo recóndito de su ubicación podría ser considerada la más bonita o al menos una de las más bonitas. Sin embargo, a partir de la película La Playa el turismo ha acudido en masa y han degradado el entorno. Ahora se ha cerrado al público algunos meses al año y se espera que vuelva a su antiguo esplendor.
Voy bastante a Barcelona. Está masificada igual que otras ciudades europeas. Está en un punto de inflexión por el que, o las autoridades toman cartas en el asunto con medidas restrictivas o posiblemente se llegará a una situación insostenible.
Juan Francisco dice
Excelente artículo, problema mundial que propone el turísmo, más aun si se lo acompaña de la variable ambiental (cuando estuve en Dubrovnik, me contaron que estaba prohibido el uso de carry on, por el constante ruido de las rueditas en el adoquinado de la ciudad amurallada). Pero al ultimo circulo del infierno se llega cuando se trata de países subdesarrollados. Soy geógrafo, Argentino y lo vi en toda America: las islas de Belice, Quintana Roo en Mexico, Antigua Guatemala, Tamarindo Costa Rica, Cartagena, ni que hablar de Brasil (desde Porto Galinhas a Isla Grande), Montañita en Ecuador, Ollantaytambo o Huacachina en Perú, Atacama en Chile, Tilcara, El Bolson o Ushuaia en Argentina. Son países con tantas necesidades económicas que la explotación (y contaminación) turística parece no ser un problema porque se privilegia la entrada fácil, rápida de dinero (ni hablar cuando se devalua la moneda y los costos del país son absurdamente baratos para los turistas con dolares o euros.. y tan prohibitivos para los locales)
somos dice
complicado debate sobre el turismo y lo que aporta y el equilibrio en los destinos. pocos lugares han sabido conjugar desarrollo y sostenibilidad. Entiendo que han de saber entender sus fortalezas y tener claro el público objetivo aunque sea renunciando a las masas. gracias por pasar por el blog.