Hace calor. Hace calor, como diría la canción. Después de tanto tiempo sin escribir en el blog (y es que 3 meses es una eternidad en el mundo bloguero), solo me viene en ganas compartir experiencias sobre lugares fresquitos. Quizás es una buena forma de defenderme del calor, aunque sea con autosugestión. Y si vamos a hablar de recorridos frescos y húmedos, definitivamente tenemos que adentrarnos en el mágico mundo de las levadas en Madeira. Así que en este post, ¡preparaos para descubrir las fantásticas levadas de Madeira! y concretamente, la del Caldeirao Verde
Las levadas en Madeira
Siendo sinceros, no hay mejor manera de escapar del calor abrasador que sumergirse en un entorno natural que parece sacado de un sueño. Madeira, situada en medio del océano Atlántico, es un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza, y sus levadas son una de las joyas más preciosas que esta isla portuguesa nos puede ofrecer.
Pero, ¿qué son exactamente las levadas? Se trata de canales de agua que provienen de las montañas y se extienden a través de la isla. Su función es la de llevar el agua de las zonas del norte a las áreas que más lo necesitan en el sur. Madeira cuenta con unos 2000 km de levadas que cruzan cada valle. Lo mejor es que estas levadas se han convertido en senderos para los caminantes que permiten adentrarnos en una exuberante vegetación, bosques frondosos y cascadas cristalinas que nos transportan a un mundo de película.
Lo mejor de las levadas de Madeira es que hay rutas para todos los niveles de habilidad. Si eres un viajero ocasional que busca una caminata relajante, encontrarás senderos suaves que ofrecen vistas panorámicas y momentos de paz para disfrutar de la belleza que te rodea. En cambio, si eres un amante de la aventura y la emoción, también hay rutas más desafiantes que te llevarán a lugares remotos y te recompensarán con vistas impresionantes.
Entre las levadas más populares, destaca la fantástica Levada do Caldeirão Verde, que te sumerge en un espectacular cañón rodeado de una exuberante vegetación, y al final del camino, te sorprende con una majestuosa cascada cayendo en una refrescante piscina natural de aguas turquesas. Por cierto, en este blog ya te presenté una ruta que podríamos decir que es el polo opuesto a la del Caldeirao Verde: la punta de Sao Lourenço.
Levada del Caldeirao Verde
La Levada do Caldeirão Verde destaca por ofrecernos un recorrido variado y sorprendente. Pudimos caminar por senderos anchos rodeados de grandes árboles, por pasajes más estrechos, atravesar túneles y bordear espectaculares acantilados. Cada kilómetro nos revelaba una nueva sorpresa mientras el agua brotaba de cada rincón, creando un ambiente mágico y misterioso. No necesitaba mi cámara réflex aquí, cualquier foto tomada con el móvil era suficiente para capturar la belleza de estos paisajes inigualables
Para llegar a esta increíble levada, nos dirigimos al municipio de Santana, donde el punto de partida está indicado en Google Maps, lo que facilita mucho la llegada. Al llegar, encontramos una zona perfectamente acondicionada con una casa que vende artículos variopintos y de cierta utilidad para las rutas, un pequeño lago con patos y un cómodo parking con servicios disponibles por solo 0,5€ (en 2018).
Esta caminata, con un total de 6,5 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, nos planteó algunas dudas al principio, especialmente en cuanto a su dificultad para nuestros hijos. Sin embargo, rápidamente nos dimos cuenta de que era una elección acertada, ya que el recorrido resultó ser prácticamente plano y, a pesar de ser la más larga que hicimos en Madeira, fue la que menos cansancio les provocó a los pequeños.
Algunos datos de este recorrido son:

Es común que la bruma nos acompañe durante gran parte del recorrido, creando un ambiente casi místico en el que los árboles se desvanecen en la niebla grisácea. Pero no te preocupes, es imposible perderse en estas levadas, ya que seguir el cauce del agua nos guía sin problemas.
Como veis en la foto, se trata de ir andando justo por el borde de la levada. Las mismas piedras que conforman la acequia son el único paso practicable durante gran parte del recorrido. En estas zonas hay que hacer un poco de equilibrios cuando te cruzas con la gente que va en dirección contraria. Al ser una de las levadas más famosas te cruzaras con gente seguramente. En otras zonas, se puede ir por un camino que transcurre paralelo.
En algunos momentos, nuestros hijos se adelantaban mientras charlaban entre ellos, y desde lejos los observaba pensando que estaban en esos momentos recibiendo una de las mejores formaciones que les puedo dar como padre: amar la naturaleza.
Los acantilados parecían peligrosos pero con cuidado y con las salvaguardas que había se podían hacer sin problemas.
El agua era un compañero de viaje constante, ya sea por el cauce de las levadas o por la que se iba deslizando por la ladera de la montaña.
Los túneles fueron una de las partes más emocionantes del camino, ¡especialmente para los no claustrofóbicos y los niños! Llevábamos una linterna, pero hoy en día, todos llevamos una en nuestros teléfonos móviles, lo que nos facilitó superar las zonas oscuras sin problemas. De todas formas, llevábamos una linterna de las de toda la vida por si acaso. Pasamos por algunos túneles más largos en los que tuvimos que agachar la cabeza, pero fue una experiencia emocionante, especialmente para los pequeños.
Después de atravesar los túneles, nos esperaban zonas de acantilados espectaculares antes de llegar al impresionante Caldeirão Verde. ¡Una cascada de 110 metros caía verticalmente sobre paredes completamente verdes debido a la densa vegetación! Por desgracia las condiciones no eran las mejores para hacer fotos…
Esta levada, que data del siglo XVIII, atraviesa los bosques de Laurisilva, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aquí encontramos especies de plantas y aves endémicas de Madeira, lo que añade un toque aún más especial a este lugar único. Si todavía tienes energías, puedes seguir hasta el Caldero del Infierno, aunque son 2200 metros adicionales y más exigentes desde el punto de vista físico.
Antes de emprender el regreso, te aconsejo que lleves bocadillos para disfrutar junto a la cascada. La caminata completa puede llevar unas 4 horas y, si viajas con niños, es recomendable hacer paradas para descansar y reponer energías. Nosotros así lo hicimos y nos permitió disfrutar al máximo de esta experiencia inolvidable.
Al emprender el camino de vuelta, seguimos disfrutando con la misma intensidad que en la ida. Y es que cuando se trata de paisajes impresionantes, uno nunca se cansa de contemplarlos una y otra vez.
Antes de emprender tu aventura en las levadas, recuerda equiparte adecuadamente con ropa cómoda, calzado adecuado para caminatas y, por supuesto, mucha agua para mantenerte hidratado en el camino. Además, siempre es esencial respetar las normas locales y cuidar el entorno natural, para preservar este paraíso intacto.
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