Hace unos meses opté (hablo en primera persona ya que era sorpresa para la otra parte) por celebrar nuestro aniversario de una forma diferente. Evidentemente en toda celebración siempre aparece el momento gastronómico y la cuestión era como disfrutar de una cena de otra manera.
Finalmente pasamos un fin de semana en el Hotel Palace de Barcelona y elegimos para cenar el restaurante Caelis ubicado en este mismo hotel. Este es el dibujo que realicé del hotel.

Tiene una estrella Michelin y Romain Fornell, chef del Caelis, fue el cocinero francés más joven que consiguió una estrella Michelín en 2001 y se convirtió en el único galo que consigue una estrella Michelín en Francia y en España.
Conseguimos una mesa en la misma cocina y esto nos permitió poder disfrutar de la gastronomía desde sus entrañas. Disfrutar al menos una vez de una cena en un restaurante Michelin viendo el baile de los cocineros merece la pena. La perspectiva que uno tiene de este tipo de restaurantes cambia cuando se ve en directo la preparación de los platos.
Llegamos atravesando el comedor principal. Cruzar la puerta de la cocina y ver nuestra pequeña mesa justo delante del escenario de la cocina me recordaba esas butacas VIP en la primera fila de los espectáculos y que nunca están a nuestro alcance. Habían conectado unos altavoces para que hubiera una música ambiente. Comentaron que habitualmente no tienen música a excepción que haya clientes en esta mesa en cocina. Esta era nuestra magnífica visión mientras sonaba la música:
Y el equipo en movimiento…
El menú que nos esperaba.
Nos presentaron el pan. Variedad de sabores y formas.
Comenzamos con unos snacks con la mirada puesta en los cocineros. Lo bueno de la alta gastronomía es que siempre hay capacidad de sorprender, aunque sean unos simples snacks.
Juego de texturas variadas para comenzar. Curiosa la macadamia de oro a modo de pepita de este metal y me gustó el bombón de aceituna y anchoa por la textura.
Los chips de bacalao se servían de manera independiente. Yo, a pesar de haber probado el bacalao de mil y una formas producto de infinidad de viajes a Portugal, aún no lo había degustado a modo de patatas chips.
Mientras, pensaba que quizás ese plato que estaban preparando con tanto esmero posiblemente era el mío.
Una ventaja de comer en la cocina es que es el mismo cocinero quien te presenta el plato en mesa y no el camarero de sala. Es curioso como de repente coge los platos y viene a tu mesa a explicarte su trabajo con cierto orgullo. Llegó el descrito en el menú como foie gras de pato en bocadillo crujiente con cítricos, yogurt ligero y como un puro.
Me gustó la combinación. Generalmente los platos que proponen varios elementos me gustan ya que es como una mini-degustación dentro de un mismo plato.
Seguimos con los dos siguientes.
La lubina salvaje en «parmentier», yema de huevo y caviar. Disculpad ya que muchas veces me olvido de hacer la foto justo en el momento que traen el plato. Es que no puedo resistirme y el plato ya ha sufrido parte de mi impaciencia…
Los macarrones rellenos como «mar y montaña» fueron una grata sorpresa. Excelentes y con la pasta en su punto justo con un relleno delicioso. La presentación con plato de doble fondo donde cada uno tenía su función también daba mucha entidad al plato.
El último de los platos principales fue el pichón de Araiz con consomé al «Armagnac» y puerro tierno. La carne del pichón estaba fantástica
A partir de aquí comenzamos con los postres. Es de resaltar la importancia de los mismos en el conjunto de la comida. Nos presentaron tres opciones. La primera, el huevo «Dalí». Disculpad de nuevo mi impaciencia…
Y a continuación la esfera de chocolate Guanaja, piña colada al ron viejo. Este es el video de como la queman y la dejan en su punto para la degustación.
Y lista para degustar.
Ya para acabar, con unos delicados Mignardises. Teníamos la explicación de cada uno en una tarjeta que nos entregaron con el menú.
Esta es la presentación en mesa.
Y sobre la bebida decir que durante toda la comida estuvo excelentemente acompañada con los siguientes vinos.
El precio fue sobre unos 100 euros por persona. He de decir, sin embargo, que la relación calidad precio fue excelente y si a esto sumamos el hecho de comer en la cocina, que siempre tiene un cargo superior creo que el precio no podemos decir que sea alto. Lo más importante, cuando salí del restaurante, tuve la impresión de que había sido una buena inversión. Un aniversario es un aniversario.
Actualización año 2013
Acabo de recibir algunos ejemplos de la nueva decoración del restaurante junto con algunos de sus platos. Comenzaremos con las fotos de sala
Algunos de sus platos nuevos o actualizados:
ceviche en plato de hielo con caviar:


Creo que es de esos sitios donde bien merece la pena gastar ese dinero. ¡Gran post! Un abrazo 🙂
Gracias Marta! espero que lo disfrutes con Jota pronto ;D
Hola Juan Antonio,
Menudo festival de sabores y aromas y qué bonitas las fotos.
El precio está muy bien, tendremos que considerarlo.
Un saludo,
Silvia