El yate Britannia fue el encargado de llevar a la familia real británica durante más de 40 años tanto de vacaciones como a las visitas de estado de la reina Isabel II. Vamos que es donde más envidia daban cuando iban recorriendo los mares del sur mientras tomaban el té en cubierta.
El tour incluye una visita libre al barco en el que podrás conocer cómo fue uno de los yates más famosos durante muchos años. Y esto lo digo tanto por su lujo como por los famosos viajeros que se alojaron en él. En este post curiosearemos desde los camarotes más lujosos hasta la cocina.
El tour puede ser adquirido junto una audioguía que para los niños, por muy pequeños que sean, siempre es interesante. O al menos curiosa… No sé que es lo que vieron en la audioguía mis hijos pero estaban más atentos que a un capítulo de Pepa Pig.
Un poco de historia
El yate Britania debía haber sido construido mucho antes pero el comienzo de la Segunda Guerra Mundial lo pospuso. Una vez acabada la guerra la corona propuso que se diseñara de tal manera que se pudiera reconvertir en un barco hospital en caso que hubiera un nuevo conflicto. Finalmente fue botado por la reina Isabel II en el año 1953.
En el año 1997 fue retirado del servicio y no se ha substituido por otro barco real. En total navegó más de un millón de millas náuticas durante los 43 años que estuvo en servicio visitando un total de 135 países. Algunos de los huéspedes más famosos o efemérides han sido:
- Los presidentes de EE. UU., Dwight D. Eisenhower, Gerald Ford y Ronald Reagan y Bill Clinton.
- La princesa Margarita y Antony Armstrong-Jones durante su luna de miel, en 1960.
- La princesa real Ana y Mark Phillips durante su luna de miel, en 1973.
- El príncipe Carlos de Gales y Diana Spencer durante su luna de miel, en 1981.
- El príncipe Andrés de York y Sarah Ferguson durante su luna de miel, en 1986.
Esto último lo he copiado de la wikipedia, of course… 😉
Un barco de superlujo para su época
Como suele pasar en este tipo de visitas y decía al principio, no puedes dejar de imaginarse uno mismo en ese lujo y lo bien que estaría surcar los mares del sur con este barco. Como no podía ser de otra manera es bastante grande. Claro, ahora tenemos los superyates pero hemos de pensar que este barco fue construido en los años cincuenta. A mí con uno mucho más pequeño ya me valdría.
De hecho hasta el barco que se utilizaba para los desembarcos es grande. Este ya me vale a mí.
El lujo del yate real Britania
En esta sección veremos algunas de las estancias que conformaban la parte noble del barco o lo que es lo mismo, donde la familia real pasaba las horas mientras navegaban.
El saloncito, porque te dicen que es de un barco, que sino podría ser de cualquier apartamento de lujo de Londres.
Dado que se realizaban visitas de estado el yate debía estar preparado para grandes comidas de gala. En la sala principal hay una mesa interminable.Cuando la miraba me imaginaba que pasa con la cubertería si hay un mar movidito. Si hubiera podido hubiera buscado un velcro o pegamento debajo del las copas.
Incluso la familia real no necesita una mesa tan grande para comer. Este es el comedor con un poco menos de glamour.
Hay zonas de estar más acogedoras y con menos pompa que las destinadas a audiencias. Eso sí, que no falte nunca la chimenea.
¿Pero realmente se enciende una chimenea en un barco?
Lo que no faltaban eran zonas para tomar una copa en más de una estancia. Y es que a la familia real le van los grados y no de temperatura precisamente.
Este es el aspecto que tenía el mini-pub hasta con su diana y dardos. Como no, el tirador de cerveza que no falte…
Si he de decir algo que quizás me decepcionó fueron las habitaciones. Están bien, pero quizás esperaba camas más grandes o algo más glamuroso. En estas habitaciones pasaron la luna de miel Diana y Carlos.
La parte menos glamourosa
Bueno, y hasta un parte tan «real» tiene sus partes menos atractivas. Claro, donde los «royal» no pisaban en su vida. Para qué mezclarse con la plebe…


Es un submarino? no es un barco de la familia real. Pero claro, hay que ganar metros para el pub y el tirador de cerveza y si tengo que apilar gente pues se apila. Reglas del Yate Britannia.


Lo siguiente no es la cocina, es donde se almacena la vajilla. Es lo que tiene ser un «royal»…


Nosotros ponemos un felpudo con alguna frase. Si tienes un yate que sepas que has de tener una campana. Aquí la oficial del Yate Britannia


Un despachito en el Yate Britannia. Aquí Carlos de Inglaterra escribía sus cartas. «Dear Camila»…




Hoy os acostaréis siendo un poco más royals todos.
Good bye
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