Un servicio de caballeros es un lugar turbio y aburrido. Y lo de aburrido no lo digo porque no pasen cosas, sino porque las que pasan son más bien monótonas. Bueno, si hay algo en lo que seguro que no voy a descubrir nada nuevo es sobre la utilidad de un wáter. Pero aquel día en Japón la monotonía se truncó.
Las reuniones en Japón son largas y siempre te acabas preguntando si realmente tienes una conclusión de alguna cosa; una simple conclusión. Pero es que la comunicación con los japoneses es complicada: somos demasiado diferentes culturalmente. Por eso, de vez en cuando va bien salir y airearse, aunque sea al servicio. Y aquel era más bien espacioso, acorde a una gran empresa. Son muchos los trabajadores que han de utilizarlo y los urinarios de pared se contaban por decenas. Estaban todos vacíos y elegí el primero por la izquierda. Supongo porque soy pudoroso para algunos quehaceres y busco la esquina como el torero busca el burladero.
El azar hizo que un japonés, disponiendo de decenas de urinarios vacíos, eligiera el segundo urinario por la izquierda. Tenía un vecino. Era un tipo delgado y moreno aunque con este dato creo que entran el 99% de la población japonesa. Tenía una camisa blanca (80% de la población) e iba algo dormido (70%). Se situó a mi lado y supuse que iba algo apurado por algún gemido involuntario. Al poco de comenzar, algo captó mi atención. En estos lugares no está bien visto echar la mirada al de al lado, pero es que se estaba moviendo de forma algo extraña y no pude evitarlo.
De repente sacó su teléfono móvil y comenzó a teclear. Y si ya es difícil utilizar un móvil haciendo pis, no digamos hacerlo con las dos manos. Y es que el señor Ito (siempre bautizo como Ito a todos los Japoneses) estaba tecleando a la altura de la cara con sus dos manos mientras que seguía haciendo sus necesidades. A partir de ese momento, tuve una percepción totalmente diferente de ese japonés escuchimizado.
En esa época estaba leyendo el libro «Get Things Done» de David Allen. Es un libro para organizarte con eficacia. Pues creo que el señor Allen debería publicar una segunda parte con técnicas tan sublimes como la de nuestro amigo japonés. Alguien capaz de aprovechar el momento «meada» para atender el correo es merecedor de ese privilegio. Además, su organismo está sincronizado perfectamente ya que tiene un volumen que evacuar equivalente al número de whatsapp’s y mails que hay que contestar. Esta sincronización móvil-vegija urinaria solo es posible en un país de samuráis.
Después de aquella demostración apabullante y justo cuando estaba acabando retumbó en la sala un golpe seco. Se abrió una de las puertas de los váteres con puerta y salió un japonés corriendo hacia el urinario de pared. Concretamente el tercero por la parte izquierda. Es decir, uno más se unía a la fiesta. Oí otro gemido de liberación. Era un japonés delgado y moreno (99%) con camisa blanca (80%). Este iba despierto (20%).
– Si sale de un wáter cerrado, ¿porqué ahora sale corriendo para ir a orinar?
En teoría, diría que no está prohibido hacerlo todo junto (caca y pis). O quizás la organización japonesa hace que estas cosas se distribuyan de forma diferente. En definitiva, seguía sin entenderlo.
El primer japonés ya se había ido (cola de mensajes vacía) y mientras que el segundo japonés se lavaba las manos no resistí la tentación de acercarme al supuesto wáter del que había salido despavorido. Hice esta foto:
Un wáter sin taza. El pobre japonés no vio claro el tema de la puntería y se aguantó mientras hacía sus otras necesidades. También cambió mi visión de ese segundo japonés. Se había convertido en un superhéroe en pocos segundos. Alguien que es capaz de hacer cada y aguantarse el pipí no es de este planeta. Hay quien dice que estuvo en el Tibet haciendo meditación y control de cuerpo y mente durante varios años.
Como veis, en un wáter pueden ocurrir muchas cosas. Y si es en Japón, con más probabilidad. Estad atentos.
Definitivamente estamos ante una cultura única que hasta en el baño saca algo distinto a los demás. Por lo que dices en verdad hacen honor a las costumbres que tienen con la higiene personal ya que me parece imposible reservar un momento para cada necesidad.
En fin, es bueno aprender cosas nuevas de lugares muy lejanos e interesantes.
Gracias Koi por tu comentario.Japón es sin duda el lugar más diferente culturalmente de los que he estado…