Seguimos hablando de Praga en navidad. Uno de los principales miedos que teníamos al viajar a Praga en Navidad eran las temperaturas. Al ir con niños era un tema un poco complejo de prever. Os confirmo que en Praga hace frío. Todos los días estuvimos con apenas unos pocos grados por encima de cero y a poco que se levantaba un poco de aire la sensación térmica era de mucha menos temperatura. Por ello, dependiendo del lugar donde vayas se nota el cambio térmico.

Organizarte según zonas y horas
Evidentemente en zonas como el puente de Carlos donde no te resguarda nada del viento o en la zona alta del castillo lo pasamos un poco peor que, por ejemplo, la ciudad vieja. En ésta, al pasear entre estrechas calles plagadas de gente, digamos que el calor humano hacía de subir la temperatura algunos grados. Por eso, si vas con niños, mejor visitar las zonas más frías de cara al mediodía cuando suben algo las temperaturas.
Por otra parte, recuerda organizarte el día concentrado en la mañana. Por ejemplo, en Navidad anochece un poco más tarde de las cuatro de la tarde por lo que posiblemente antes de las seis ya estés en el hotel. Recuerda llevarte juegos o películas para poder pasar el rato en tu apartamento u hotel. No es como en verano que llegas tarde y hay que intentar, si viajas en familia, que los niños estén entretenidos.
Mi ropa de invierno
Podemos decir que el vestuario para sobrevivir a estas ciudades europeas en pleno invierno pasa por un buen abrigo, obviamente, además de un gorro que cubra las orejas y guantes. Por nuestra parte, intentamos llevar una camiseta o mallas térmicas para llevar debajo del pantalón. En mi caso, el doble par de calcetines también tiene un efecto que se nota a lo largo del día.
La comida para combatir el frío
Pero si por ejemplo viajas en Navidad, puedes mitigar el frío, aunque parezca extraño, gracias a los puestos de Navidad. En muchos de ellos hacen una de las comidas típicas en Praga que son una especie de rollos huecos y que los hacen a las brasas en la calle.

También encontré algún que otro brasero en la calle donde se amontonaba la gente a su alrededor. Nunca un fuego había sido de servicio público como en Praga.

Y la bebida más habitual en la calle es el vino caliente. De repente, un amplio olor te invade en cualquier momento. Eso significa que alguien está disfrutando de un vinito caliente. En la mayoría de puestos navideños tienes el vaso de vino humeante.
Visitas para resguardarse del frio
Por otra parte, aunque Praga es una ciudad para pasear todo el día por ella, no podemos pretender estar al aire libre muchas horas seguidas si viajamos con niños. Hemos de combinar visitas exteriores con las interiores. Por ejemplo, la visita al castillo de Praga es una buena opción ya que aunque en la cima de la colina es donde más frio pasamos, la opción de visitar lugares cerrados como el palacio, las casas o el pasadizo del callejón de oro hacían que el frío desapareciera durante un rato.
Si por el contrario, no tienes una visita cubierta pues has de simplemente, tomarte un buen chocolate caliente en algún bar para aprovechar y descansar.

Y decía que en Praga hace frío pero con estos pequeños consejos conseguimos que el frío fuera un actor secundario que no condicionó casi nada nuestro viaje.
Deja una respuesta