Cuando llegamos a Santiago de Compostela lo hicimos temerosos de que las nubes no dejaran asomar la cabeza al astro rey. Viajar con niños es un deporte de riesgo si el tiempo no acompaña. Sin embargo, tuvimos la suerte de que no vimos la lluvia ni un instante durante todos los días y por contra el sol fue el protagonista. En este post haré algo diferente: publicaré mis fotos de Santiago en blanco y negro donde el sol tenga un papel protagonista.
Con tambores y gafas sería un buen título a esta fotografía. Inicialmente me gustaba el movimiento de la foto, de los instrumentos, de los músicos bajando por esa calle. Pero al llegar a casa me percaté que todos llevaban sus gafas de sol. Está claro que no puedes ir sin ellas en Santiago de Compostela.
Y sin dejar el apartado de gafas de sol, os muestro esta foto de María en la que sus ojos reflejan esta gran ciudad.
La siguiente foto no sabría como describirla y si realmente tiene que ver con el sol. De todas formas, tener un camino de letras iluminadas a tus pies es algo que no he visto hasta llegar a Santiago de Compostela.
Y cuando el sol sale en Santiago de Compostela, sale la gente y… los músicos. De momento no es recomendable tocar la guitarra bajo la lluvia por lo que hay que dejar el virtuosismo para los días soleados…
Y al igual que los músicos la gente sale a las calles. La mejor forma de disfrutar del sol es con la universal cervecita. Por tanto, calles y bares se abarrotan aunque eso sí… el lado soleado es el cotizado. Quien quiere la sombra? nadie!
Y para finalizar una foto significativa. Se celebró la fiesta de la primavera en nuestra calle. Quizás ahora lo entienda todo: como va a llover en la fiesta de la primavera! Un día grande en Santiago…
Como podéis comprobar dicen que llueve siempre en Santiago, pero ahora sabemos que no es del todo cierto. Y David se alegró de ello…
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