Seguimos en nuestro viaje a Bruselas con niños. Es curioso como se crean tradiciones. De repente, una pequeña estatua de un niño meando se convierte en la estrella de Bruselas y los turistas se amontonan ante esos escasos centímetros como si de una estatua de rock se tratase. En nuestra Bruselas con niños no pudo faltar visitar el Manneken Pis e intentar hacernos una foto con él. Diría que junto con la foto del Atomium y la Grand Place componen el trio de fotos que no puedes dejar de fotografiarte (y que ahora forma parte de nuestro álbum de la visita).
Y en vista del éxito las estatuas meonas se han multiplicado, ahora hay tres repartidas en zonas paseables de Bruselas y constituyen una excusa perfecta para pasear y jugar con los niños a detectives: en busca de los meones por Bruselas.
El niño: Manneken Pis
El Manneken Pis es fácil encontrarlo tanto por su cercanía al centro (o podemos decir que está en el centro) así como por las pistas que tenemos al acercarnos a él. Si ves un grupo de japoneses haciendo fotos posiblemente el niño esté haciendo de las suyas cerca…
Debido al diminuto tamaño, o tienes un teleobjetivo o las fotos se han de hacer desde muy cerca lo que hace que tengas que ganar la posición como en baloncesto. Eso sí, seguro que algún japonés aparecerá en la foto 😉
Pero con paciencia, puedes acabar haciendo alguna foto decente.
David comentaba:
– Qué pequeño es!
Se quedó mirando como preguntándose el motivo de porqué un niño tan pequeño se había hecho tan famoso.
Sin embargo, al explicarle un poquito la historia y las tradiciones que hay detrás de la pequeña estatua, su interés creció por momentos.
Durante el siglo veinte lo robaron y partieron las piernas. No me puedo imaginar lo que significó para los habitantes de Bruselas que uno de sus símbolos, simplemente desapareciera.
Al cabo del tiempo una información anónima informó que se encontraba en un canal. Ahora es posible ver el Manneken Pis original en el museo de la ciudad. Por supuesto, no dudamos en ir a visitarlo. Al estar en la Grand Place y entrar en la Brussels card es una visita interesante.
En esta estatua se pueden ver las líneas de unión de las partes que se rompieron. Y aquí un primer plano.
Efectivamente, el que se ubica en la fuente es una réplica. Aunque lo de menos es saber la autenticidad de la estatua sino lo que representa y cómo se ha colado en la vida de los belgas.
El Manneken es conocido también porque en ocasiones que se consideran especiales se viste con un trajecito representativo. De esta forma, la asociación que se encarga de este tema, recibe innumerables solicitudes y algunas de ellas se llevan a cabo.
Y tantas propuestas recibía que le han hecho un museo especialmente en su honor y con el único propósito de mostrar su guardarropa. Vamos, que ni Madonna…
El guardarropa del Manneken Pis
En la misma calle del Manneken Pis se encuentra este curioso museo. Su fachada es inconfundible ya que muestra a un Manneken Pis en otro estilo más “urbano”. Por cierto, me gusta lo del “Manneken Peace”
Una vez dentro, tenemos una selección de trajes del Manneken de los más de 900 que conservan.
Curiosidades hay infinitas. Aquí van algunas como por ejemplo, el dedicado a Mandela:
Hay unos elementos multimedia que puedes explorar para ver elementos de la colección no mostrados.
Algunos curiosos que vi son los siguientes:
Es fácil reconocer a Agatha Ruiz de la Prada y su modelo «ir en pelotas». No veo por donde saldrá el chorro de agua…
O este vestido de torero…
Este museo es pequeño. Apenas una sala con una vitrina central y en las paredes donde hay una selección de los trajes ya que hay varios centenares que están guardados sin exponer.
Vistiendo al Manneken Pis
Si visitáis el museo del guardarropa con con niños hay una pequeña actividad que está pensada para ellos. Unas pequeñas réplicas del Manneken que se pueden vestir están expuestas con la ropa está al lado de cada reproducción en pequeñas bandejas. Os prometo que no es fácil.
Janneke, la Niña meona
En vista del éxito del Manneken no era de extrañar que le saliera una pretendienta: Janneke. Es una estatua de un tamaño similar al Manneken y realmente también está bien tallada.
Si no fuera por los GPS realmente sería complicado encontrar a esta niña con trenzas. Un pequeño callejón con bares y jóvenes bebiendo cerveza esconde en una pequeña reja a Janneke.
Zinneke, el perro que se unió a la fiesta
Y recientemente, la última incorporación se haya algo más allá que el edificio de la bolsa. Hicimos ese recorrido en Domingo y la zona al ser peatonal estaba bastante animando. La gente, sentada en las escaleras de la bolsa miraban algún que otro músico callejero. Ese es un buen punto para hacer un descanso en el camino hacia el Zinneke.
Al final de la calle, justo en una esquina está el perro. Cuando llegamos unos japoneses acabando la sesión de fotografía. La caminata merece unas cuantas fotos del tercer meón de la ciudad.
Como veis, en Bruselas el Manneken «lo peta»… Incluso versiones en chocolate.
y como no, en google hay que preservar su intimidad 😉
A este ritmo, en breve aparecerá otro meón. ¿Qué será lo siguiente? Algún personaje de cómic quizás… no estaría mal…
Tanto hablar de meones, si tienes ganas de ir al baño lo entendería 😉
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