Hace años, en mi primer trabajo en prácticas de la universidad estuve trabajando en un laboratorio de I+D. Aún no me había picado el gusanillo viajero y quizás por ello, cuando un día los ingenieros comentaron experiencias viajeras inicialmente no presté demasiada atención. Quizás porque no tenía mucho que contar en primera persona. Sin embargo, recuerdo que poco a poco aunque solo fuera de oyente me fui introduciendo en la conversación. Uno de los ingenieros comenzó a hablar maravillas de Praga y como lugar mágico, el cementerio judío. Por aquella época intenté imaginarme qué podía tener un cementerio para que fuera una atracción turística. No lo logré aunque el tiempo está para enmendar errores.
Mi visita a Praga no fue todo lo pausada que requiere tan bella ciudad. Sin embargo, no desaproveché la oportunidad de pasear cámara en mano por sus calles y poder comprobar si es cierto lo que se comenta como que es una de las ciudades imprescindibles de Europa. Si una cosa tenía clara es que en mi recorrido no se escaparían los atractivos principales incluyendo el cementerio judío.
Llegué a primera hora de la mañana. Tan a primera hora que estuve esperando con la cara en la verja intentando atisbar algo de su interior como un niño impaciente. Abrieron el recinto puntualmente. Debido a mis prisas no compré la entrada combinada que permite entrar a varias sinagogas y al cementerio. Por tanto, si vais más pausadamente tened en cuenta esta opción y compradla en cualquiera de las sinagogas.
Estaba preparado con mi cámara cuando observé que si querías hacer fotos debías de pagar algo más. Ya que estaba allí, como pasa en la mayoría de ocasiones, pagué el adicional para no ir con la presión de estar haciendo fotos y mirando de reojo al vigilante.
La primera impresión tras pasar el umbral de la puerta es cuando menos extraña. Un cúmulo de lápidas desordenadamente ubicadas se amontonaban entre las hojas caídas de los árboles.
Obviamente no entendía tal caos aunque como todo, tiene su explicación. Según el Halajá, una tumba no puede ser destruida ni movida a otro lugar. Por tanto, en una ciudad como Praga llegó un momento que el cementerio se quedó pequeño. La única solución para aumentar el «aforo» fue colocar las nuevas tumbas encima de las antiguas con sucesivas capas de tierra. Se estiman que hay 100.000 judíos descansando en este cementerio y unas 12.000 lápidas son visibles.
Con tantos años acogiendo enterramientos, hay bastantes personas importantes para el judaísmo enterradas aquí.
Algunas de las lápidas tienen unas pequeñas placas informativas sobre la persona que está enterrada en esa zona. El cementerio, de esta forma, se convierte en un recorrido por la historia.
El hecho de andar sobre un lugar con 100.000 almas enterradas me causó un evidente sobrecogimiento.
El estrecho camino serpentea entre las lápidas. Tuve la suerte de visitarlo en solitario. El madrugón valió una visita exclusiva. El silencio era absoluto.
Desde algunas zonas es posible divisar la colina y por tanto hacerse una idea de la superficie total del lugar.
En un rincón hay una pequeña sinagoga rodeada, como no, de lápidas.
El hecho de hacer esta crónica en blanco y negro no ha sido un capricho. Realmente, mis recuerdos del lugar son monocromos. Un lugar así tiene sus efectos en el subconsciente. Creo que me quedará grabada la imagen de este rincón de Praga paseando aquella mañana entre lápidas y hojas caidas.
Nota: Pulsa en cualquiera de las imágenes para verlas un poquito más grande.
que ver en Praga dice
Este sitio es impresionante! Igual que la Sinagoga Pinkas, que da escalofríos cuando ves los nombres de todos los que murieron en Terezin. Y los dibujos de los niños!
somos dice
Cierto. Hay lugares que transmiten escalofríos simplemente imaginándote las vidas truncadas por lo absurdo.
Oscuelar (Viajology) dice
Un lugar impresionante, por la imagen tétrica y la energía que trasmite. Todavía recuerdo las pequeñas piedrecitas encima de algunas de las lápidas. Un auténtica maravilla este lugar de Praga.
Un saludo
Lápidas Moreno dice
Qué miedo pasear por un cementerio así tú solo… Menos mal que aquí en España los cementerios están mejor cuidados y no da nada de miedo pasear, aunque lo hagas solo a las 12 de la noche…