…Heidelberg es realmente hasta donde yo he podido ver, la ciudad más bonita y acogedora de Alemania. Resulta un sitio donde incluso una persona acostumbrada a una sociedad mediterránea como yo podría llegar a vivir….y eso no es algo que se pueda decir de muchos sitios en Europa!
Cultural, turística, gastronómica, lo suficientemente grande y lo suficientemente pequeña, incluso hasta el clima parece mejor que en el resto de sus vecinas germánicas (aunque habría que visitarla en Enero, cosa que no he podido hacer….)
Es justo decir que el impresionante y precioso valle del rio Neckar, ayuda notablemente a generar un cuadro difícilmente igualable. Resulta una simbiosis casi perfecta y Heidelberg ha sabido sacarle provecho, ya que sin ser una urbe enorme (140.000 hab.) es la cuarta ciudad más visitada de Alemania.
Aquí se fundó también la universidad más antigua de Alemania, por lo que hay un ambiente estudiantil muy arraigado con todo lo que esto conlleva a nivel cultural.
Bueno, ya vale de historia, datos y presentaciones….Vamos a ver que ver y visitar en esta maravillosa ciudad. Dado su tamaño y arquitectura, lo más recomendable es pasear por esta ciudad, siguiendo el cauce del Neckar por la Hauptstrasse (lo que viene siendo la Calle Mayor).
En esta calle se encuentra prácticamente todo lo interesante, incluída la gran variedad gastronómica ofrecida por el sinfín de restaurantes de todos los estilos que harán que to tengamos que preocuparnos de este tema durante todo el tiempo que dure nuestra visita. Si debo destacar uno es este:
…si teneis opción, buscadlo, se encuentra en una bocacalle de la Hauptstrasse (Bauamtsgasse 7), hay que reservar o ir pronto, es comida típica alemana, pero está muy bien de precio y la comida es buenísima.
Otro punto de interés (curiosidad más bien…), también en la Hauptstrasse, es esta tienda….
Käthe wohlfahrt, situado en el nº 124, es básicamente una cacharrería, pero merece mucho la pena entrar, ya que es a la práctica un museo de marquetería.
Seguimos caminando y nos encontramos….de todo…
…pero prestamos atención a algunas de las fachadas, realmente espectaculares por lo trabajadas y bien conservadas .
Ya al final de esta calle podemos dirigirnos a lo que probablemente este considerado como la «visita obligada» de Heidelberg, el Castillo.
Podemos escoger subir por unas escaleras o utilizar su famoso funicular. Pensando como pensamos, seguro que a alguien se le ocurre…»…subo por las escaleras, hago algo de deporte y de paso me ahorro pagar el funicular!», pues NO!, estos alemanes son como son y vale lo mismo la entrada al castillo arriba (¡por cierto está muy arriba!) que el tiquet del funicular con la entrada al castillo incluida, por lo tanto, previo pago, cogemos el funicular y «pa» arriba.
Nosotros decidimos subir un poco más, a ver un hotel que hay en la parada siguiente al castillo y hacer allí una cervecita.
…y lo curioso es que nos encontramos allí unas avispas que por lo visto pensaron lo mismo!, yo en España no había visto nunca avispas acercarse a una «San Miguel», pero aquí, fue dejar la cerveza en la mesa y tener que bebérmela «cagando leches» porque mis amigas empezaron a merodear con intenciones parecidas. Esta es la foto de como acabó la fiesta, coma etílico para ellas…. si es que ya lo dice mi madre…»beber más de lo que puedes no es bueno!!!»
…Bueno al lío, que veníamos a ver el Castillo de Heidelberg y ya vamos dando tumbos!.
«Esta fortificación, desde donde se dominaba todo el valle del Neckar, debió ser un enclave temible en la Edad Media…», esta frase no es mía (…tuve que buscar «enclave»), es de la audio-guía que contratamos (en español) y que os recomiendo que cojáis, ya que resulta mucho más sencilla y aprovechable la visita.
Fachada interior del Castillo, con una infinidad de estátuas, relacionadas todas ellas por una historia de dioses y guerreros (que ahora no recuerdo).
Por otro lado en una estancia interior encontramos el «Barril más grande del mundo«, ojo que es el que hay entrando a la izquierda, no es el primero que hay a la derecha (que es grande) , os lo digo porque me hice un chorro de fotos que luego tuve que borrar….
¡Qué bestias estos alemanes!
…Una vez bajamos del Castillo, otra cosa que recomiendo y no os podéis perder el paseo por la orilla del río, incluyendo el paso por el puente «Karl-Theodor» o Alte Brücke (puente antiguo)
…¡Ojo que aquí hace frío!
En resumen, una ciudad impresionante que se puede visitar en un día, pero a la que nosotros decidimos dedicarle tres (…y más si hubiéramos tenido), porque cada bocacalle, cada restaurante y cada «enclave» es mejor que el anterior, absolutamente indispensable y recomendable su visita….pero no vayáis en Enero, ¡¡¡por Dios, que hace mucho frío!!!
Deja una respuesta