Desde gran cañón a Antylope Canyon van apenas dos horas y pico de viaje. Y creo que el viaje merece el pequeño esfuerzo ya que es una de las pequeñas maravillas de la naturaleza. Por tanto, para los muchos que visitáis Gran Cañón reservad un día para acercaros al cañón del Antílope, que por cierto, es propiedad de los indios navajo ya que se encuentra en lo que ellos llaman la nación Navajo.
Cómo Reservar en Antelope Canyon
Hay que tener en cuenta un par de cosas para visitar Antylope Canyon. La primera es que es necesario reservarlo por internet y con antelación. El lugar está regulado y solo las agencias pueden visitarlo por lo que el cupo es limitado (y dada la espectacularidad del lugar está muy concurrido). En general todas las agencias tienen slots o franjas horarias y tienes que reservar la tuya.
Como curiosidad, decir que la franja del mediodía es la más cara ya que al estar el sol justo en la vertical del cañón se cuela entre las aperturas superiores creando imágenes más impactantes. Esta franja puede llegar a los 100 euros los adultos y 50 los niños mayores de 7 años. Los más pequeños 20 euros. Además, puesto que vas en un camión hasta el lugar indican que lleves una sillita del coche para los menores de 8 años. Puesto que los nuestros son de 10 y 8 no hubo problemas con las sillita pero es un tema importante para no tener sorpresas al llegar allí.
Es muy importante tener en cuenta que hay cambio de hora entre Gran Cañón y Antelope. Nosotros casi tenemos un disgusto. Estuvimos a punto de llegar tarde pero gracias a mi obsesión con ir con mucho tiempo al final la «sangre» no llegó al rio.
Cómo llegar al cañón
El cañón está en medio de una especie de llanura de arena rojiza por lo que ese camión con grandes ruedas se hace imprescindible. Para los niños es casi una diversión ir saltando de bache en bache aunque para los mayores quizás no es tan divertido. Eso sí, es un ajetreo que se agradece después de mucho tiempo conduciendo en el coche.
Nuestro slot fue precisamente el de la hora central del día, pero al ser un día lluvioso estaba nublado y quizás en esas condiciones no hay tanta diferencia entre las diferentes horas. Por suerte al final de la visita salió el sol en la zona.
Por otra parte, si llueve mucho se cierra el cañon. Ya hubo una desgracia hace unos años con unos turistas que les pilló el agua (el cañón se puede inundar en estas condiciones) y el nivel puede llegar a subir mucho. Por eso, hasta el último momento no nos confirmaron que efectivamente podíamos subir al camión. Fueron unos minutos de tensa espera.
Discutible, sin embargo su política de cancelaciones. Si pagas y subes al camión y allí mismo se cierra no te devuelven el dinero. Con lo fácil que es hacer una llamada entre ellos para saber las condiciones. La agencia te trata con desprecio como si te estuvieran haciendo un favor y seamos unos pesados que vienen de visita, en vez de tratarnos como lo que realmente somos, una fuente de ingresos que les permiten ganarse la vida de una forma más que digna. Este comentario especialmente dedicado a la chica de la ventanilla de nuestra agencia “antelope adventours·.
Sobre los tours, también decir que hay uno especialmente indicado para los amantes de la fotografía. En éste, no se permiten niños y quitan a la gente dando unos minutos a los fotógrafos para tomar las mejores imágenes. Según parece, hasta te asesoran sobre los mejores ajustes en la cámara para hacer la fotografía. Pero para mí, creo que no me hubiera servido ya que si hay un lugar difícil de fotografiar considero que es precisamente ese, con continuos cambios de luz. Además, al ir toda la familia imposible concentrarse en según que menesteres. En estas condiciones, ya nos decían que el iPhone hacía las mejores fotos. Yo, les dejé la cámara réflex a mis hijos… hay que saber admitir las debilidades de uno. 😉
Entrando a antílope canyon
El lugar es mágico. Una grieta en la montaña te invita a pasar y los primeros colores rojos que tantas veces has visto en los fondos de pantalla de Windows comienzan a aparecer. Además, el suelo es arenoso y directamente, todo ello, parece un decorado. Eso sí, el lugar está concurrido pero al menos hay cierto orden dentro. Lo digo ya que los guías regulan los tiempos dentro de cada recodo y van marcando un ritmo que si no fuera así, sería absolutamente imposible de visitar. Ya tendemos a distraernos con las fotos, si no te marcaran un poco sería un desastre.
En la visita vas con la boca vierta en todo momento. Además los guías ya te indican los mejores lugares para las fotos de grupo y te las hacen ellos directamente. Un gran alivio sin duda. También te indican donde has de mirar también (serían buenos fotógrafos de boda 😉
Las formas mágicas del cañón invitan a tu imaginación y los guías directamente te cogen el móvil y te hacen la instantánea justo en el lugar que sugiere imágenes mágicas. Por cierto, ya te dicen al ángulo exacto para que en algunas imágenes puedas reconocer formas que surgen de las rocas. Aquí, algunos de los ejemplos y fotos diversas de los cambios de luz.
La visita dura aproximadamente una hora. Digamos que deben de ser unos 200 metros que se disfrutan en cada metro. Por eso decía que no hay duda sobre si vale la pena esta visita.
Sobre las inundaciones, hay un tronco atrancado a unos 3 o cuatro metros de altura tal y como se ve en la foto.
Esa es la altura a la que llegan las aguas cuando se inunda el cañón Además, nos contaron que la virulencia de la misma dentro del mismo es brutal debido a todos los recovecos que hay. De ahí, que ahora esté todo mucho más regulado.
Es un camino de ida y vuelta por el mismo sendero. A continuación podéis ver cómo es el otro extremo del cañón.
Aquí vuelves a meterte en el corazón de la montaña
Os dejo otras tantas fotos del trayecto
Resumiendo, visita recomendada o casi imprescindible si te acercas a Gran Cañón. A nosotros aún nos duele el cuello de mirar tanto para arriba dentro de la grieta 😉
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