Estados Unidos es tan inmenso que resulta inabarcable. Por eso, aparte de los lugares que todos conocemos existen infinidad de otros escondidos en sus estados que muchas veces te encuentras por casualidad. En nuestro viaje a la costa Oeste tuvimos que hacer una escapada a Antílope Canyon y decidimos volver por una ruta alternativa, por eso de no pasar dos veces por el mismo lugar. Y esto nos llevó a atravesar el parque que se sitúa en el estado de Utah y donde la ciudad más cercana es Springdale.
La principal atracción del parque es el cañón de Zion, una hendidura de 24 kilómetros de longitud y hasta 800 metros de profundidad excavado por el brazo norte del rio virgen sobre terrenos de arenisca roja. Es es quizás este color el que inunda todo el recorrido del parque.
Al ver las imágenes del parque me quedé con las ganas de estar días y días recorriendo esos senderos rojizos y descendiendo a las profundidades del valle. Sin embargo, una agenda apretada y un viaje que no permitía muchas concesiones solo me permitieron admirar este parque por la ruta en coche. De todas formas, pudimos ir parando y viendo lo que el parque nos deparó.
Nos dio la bienvenida al parque la montaña de la mesa de ajedrez. Se llama así debido a las líneas horizontales y verticales que se han creado por la contracción y expansión de la roca en invierno.
A medida que nos adentramos en el parque los tonos rojizos de la roca se hacen más evidentes. Y entre los resquicios de la piedra crecen milagrosamente los pinos.
Tuvimos la mala suerte que el día se estaba yendo y la luz comenzó a escasear. Sin embargo, esto nos permitió disfrutar del parque en una de las horas en las que más bonito es. Justamente al atardecer.
Llegamos a un punto donde vimos mucha gente amontonada. No sabíamos el motivo. Nos acercamos a un puente que había todo repleto de cámaras apuntando al otro lado de la carretera. Allí estaba uno de los tesoros fotográficos del parque y posiblemente llegamos a la hora justa en que el atardecer se dejaba fotografiar.
Esta foto es la que todos esperan tomar en Zion. Montañas ríos y vegetación con un poco de montañas de roca rojiza con el sol del atardecer. Simplemente espectacular.
Una vez fotografiada la puesta de sol seguimos nuestro camino al hotel para descansar y prepararnos para el día siguiente en el que teníamos que llegar otra vez a California. Por cierto esa noche recuerdo que no encontrábamos los pasaportes y tuvimos un susto casi tan grande como cuando para ese mismo viaje nos olvidamos de cumplimentar el ESTA necesario para entrar al país. Por suerte con una gestión en el último minuto se resolvió. Recordad que hay un precio ESTA
Sin duda este parque es una pequeña joya que vale la pena aprovechar para pasar por allí. Seguramente son los propios americanos los que más lo disfrutan ya que pueden pasar una semana allí. Para el resto, es complicado que invirtamos tanto tiempo en un parque que no sea uno de los principales. Aunque nunca se sabe si alguien se siente inspirado por estas fotos…
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