Estuve el año pasado en la escuela de negocios ISB haciendo parte de mi master en India. Dentro del programa había una visita a Dharavi en Bombay con el siguiente título: «Conocer cómo la innovación y el desarrollo económico se desarrollan en la base de la pirámide de población», o lo que es lo mismo, la gente con menos recursos. Ante esto, la duda estaba clara: ¿cómo un suburbio de chabolas me enseñaría sobre innovación?
¿Qué es Dharavi y cómo es su economía?
Dharavi es uno de los más grandes «slums» en el mundo y el mayor de Asia. El término «slum» es el equivalente a la «favela» brasileña. Es un suburbio pobre poblado de chabolas que ha proliferado en varios lugares de India. Impresiona la visión desde google maps. Sus dimensiones son aproximadamente de la mitad de Central Park en Nueva York. En Mumbai el 50% de la población vive en slums (en 2011, Bombay tenía una población de 14 millones de habitantes) y si Mumbai ya la considero una ciudad con mucha densidad de población, en Dharavi la densidad es de 20 veces más. La media de inquilinos por vivienda es de 4,5 y el 50% de todas las viviendas tienen un máximo de 10 metros cuadrados.
Sin embargo, Dharavi tiene una diferencia fundamental con otros slums en India o el resto del mundo, mueve económicamente 500 millones de dólares anualmente. Dharavi está arraigado en el imaginario popular indio, comentado en libros o películas de Bollywood, así como en la oscarizada «Slumdog Millionaire«. Ha sido caso de estudio entre otros por Havard Business School. Sin embargo es casi imposible definirla ya que es un asentamiento multo-religioso y multi-étnico con una población que se estima dependiendo de la época del año entre los 300.000 y el millón de habitantes.
Dharavi tiene una economía sumergida por la que muchas empresas que se encuentran allí emplean a muchos de los residentes del propio slum. Exportan bienes hechos allí como cuero, textiles o cerámica a todo el mundo. El volumen de negocio anual se sitúa, como mencionábamos antes, en los 500 millones.
India es una potencia emergente, sin embargo gran parte de su economía no paga impuestos debido a que se engloba en la economía sumergida. La economía «formal» que paga impuestos o tiene una actividad regulada es una porción mínima de la economía total. La economía «no formal» es todo lo demás: cientos de millones de tenderos, granjeros, trabajadores de la construcción, conductores de taxi, vendedores ambulantes, traperos, sastres, etc.
Esta diferenciación entre las dos economías existe en muchos países desarrollados, pero en India sobrepasa todos los límites: los expertos estiman que la economía no declarada es la responsable del crecimiento anual del país y emplea al 90% de los trabajadores.
Durante años, el gobierno de India ha intentado con un éxito desigual incrementar la parte industrial desarrollando zonas económicas especiales y atraer las grandes empresas. Contrastando con esto tenemos a Dharavi, que puede ser denominado una zona económica casi autosuficiente y creada a sí misma por y para los pobres.
Por ejemplo, un gran banco quiere entregar maletines y regalos hechos a mano para distribuirlo durante la fiesta Hindú de Diwali. El banco contactó un proveedor, que a su vez contactó con una tienda de objetos de piel que enviará una orden a una empresa de manufactura. Normalmente esta orden se enviaría a China y acabaría en una de las enormes fábricas que emplean a miles de inmigrantes que han hecho de China una potencia manufacturera.
Sin embargo, en India este encargo acaba en la tienda de Mohammed Asif que emplea a 22 personas. Al ver la «fábrica», los operarios están sentados en el suelo junto a montones de suave cuero. Esta es la estampa de su línea de manufactura, con una habituación estrecha y utilizada también como dormitorio: los operarios duermen en una especie de plano elevado. Los maletines estarán hechos en dos semanas.
– Ellos trabajan duro – dice Mr Asif. Trabajan desde las 8 de la mañana hasta las 11 de la noche porque mientras más trabajen, más ganarán y por tanto podrán enviar a sus familias. Ellos vienen aquí para ganar dinero.
Al contrario que China, India no tiene grandes distritos de manufactura porque India ha elegido no seguir el modelo del este asiático de creación de una economía moderna empezando por manufactura de baja formación. China por ejemplo, ha impulsado el movimiento desde la china rural a las factorías urbanas. Sin embargo, en India el gobierno ha hecho más bien poco para ofrecer oportunidades en ciudades para emigrantes que vienen del mundo rural. De hecho, los partidos de derechas en Mumbai han dirigido incluso violentas campañas contra los emigrantes. La mayoría de los inmigrantes acaban en los slums ante la imposibilidad de acceder a vivienda.
Las huellas de Dharavi se pueden encontrar en la economía India aunque también mucho más lejos, a pesar de que mucha gente no conoce el origen de los bienes que compra. Por ejemplo, los sacos de cuero donde se entregan las facturas en el hotel Taj Mahal están hechos en Dharavi. O algunas delicias encontradas en las mejores confiterías de Mumbai también tienen como origen Dharavi. En otros muchos casos incluso se elimina el «Made in Dharavi» ya que el desconocimiento de lo que es Dharavi puede afectar a la venta. Y no digamos de lo que se exporta: la mención de Dharavi es imposible por lo que implicaría.
Mi vista a Dharavi
Llovía tenuemente y las previsiones no eran muy favorables. La época de lluvias en Bombay estaba siendo especialmente dura este año.
El autobús frenó definitivamente después de un trayecto caótico entre el mar de motocicletas y vehículos de todo tipo. Miré al lado derecho y me sentí intranquilo. Ante mí, una extensión que no veía el final de «chabolas» y edificios que en muchos lugares del mundo serían inhabitables. No considero ético el turismo para ver pobreza pero insistieron en que si creía que ese era el tipo de excursión que me esperaba, debía hacerla todavía con más motivos ya que según los organizadores, me cambiaría la visión.
Nos habían dado dos directrices antes de la visita. La primera: el calzado debía ser cubierto -no pregunté los motivos. La segunda: no llevar cámara en Dharavi. Si queríamos hacer alguna foto debía ser con el teléfono móvil únicamente. Sobre este punto, el guía comentó algo que me sorprendió sobre los motivos de prohibir las cámaras. Parece ser que la comunidad estaba bastante indignada con la imagen que la película «Slumdog millionaire» había proyectado de Dharavi. Comentaban que Dharavi era así pero hace muchos años y ahora era completamente diferente. La comunidad mostraba su orgullo ante los ojos interesados de la industria del cine.
Tenía ante mí una calle muy estrecha con el suelo completamente embarrado por la lluvia. Estábamos a punto de entrar al corazón de Dharavi.
No todo son chabolas en Dharavi aunque cuando me enseñaron los edificios de la gente más «afortunada» y debido a mi concepto de vivienda no podía decir que fuera una gran vivienda. Este es uno de los edificios:
En Dharavi pierdes la perspectiva de lo que es una vivienda o un negocio. Quizás es porque en la mayoría de casos es lo mismo.
Muchos negocios en Dharavi ayudan al mantenimiento y recogida de basuras simplemente por el negocio del que se trata. Por ejemplo, vi muchos ejemplos de calles repletas de depósitos de almacenaje de plástico. En ellos, los plásticos recogidos eran ordenados minuciosamente en colores. Por tanto, cualquier elemento almacenado en las calles seguro que tienen algún propósito comercial y se recogen directamente de la basura.
selfi en Dharavi
En uno de los talleres nuestro guía estuvo conversando con el que parecía el jefe. Finalmente nos dejaron subir al piso superior. Desde allí pudimos tener otra perspectiva del slum mientras la lluvia seguía haciendo de las suyas.
De repente, las chabolas dan paso a espacios más abiertos que son invadidos rápidamente por … basura:
O aprovechan por los niños para jugar al cricket.
Pero a pesar de todo, Dharavi continua su actividad frenética.
Y si hay algo que ya no me sorprendía eran las tiendas de móviles. Da igual el lugar, siempre encontrarás una tienda de móviles. Os recuerdo que India es uno de los países con una implantación de móvil. Otra paradoja de India.
Pero no espereis ver gente pidiendo (no me pidió nadie en el recorrido) o gente en extrema pobreza. En Dharavi no hay mendicidad ni prostitución. Dentro de la falta de medios que te envuelve verás que de repente de una chabola sale un programador de software o un trabajador de banca con su hijo con el uniforme del colegio. Como he dicho anteriormente, la falta de vivienda hace que gente con trabajos aparentemente mejor retribuidos vivan en el slum.
La comunidad en Dharavi
Me sorprendió que a pesar del lugar el sentimiento de comunidad que existe. Es habitual que dentro de cada comunidad los vecinos se ayuden entre sí. Y de cara al exterior, en Dharavi no esperan que sientas lástima de ellos. Son conscientes de lo que hay. Y si preguntas, te contestarán:
– Eres más civilizado por el tamaño de tu wáter?
Dharavi quizás es más civilizado de lo que pensamos y es un ejemplo de cómo subsistir ante los contratiempos. Un profesor Indio me dijo en una universidad India:
-No somos más emprendedores que en otros lugares. Es que hemos de emprender para subsistir.
Allí, cada persona es un emprendedor para subsistir y Dharavi quizás sea el centro de emprendiduría más importante del mundo.
Esta foto la tomé en el centro del slum de Dharavi y es una convocatoria de charla para emprendedores. Allí, en el centro de «la falta de medios» se empuja la gente a emprender como manera de prosperar y subsistir. Aquí, se habla de emprendedores sólo en las escuelas de negocios, los estudiantes aspiran a ser funcionarios o si no descubres la 5 dimensión de la realidad virtual no estás emprendiendo. Desde ese momento, Dharavi me dio otra lección. A mí y a nuestra sociedad.
Dharavi es un caos que funciona a su manera. Cada una de las puertas del suburbio tiene un número marcado con rotulador. Si envías una carta a esa dirección, llegará. Existe una comisaría en Dharavi y un centro cultural donde se realizan actividades culturales. En ese centro, donde estuvimos un rato conversando con gente que por allí pasaba, fotografié una cita de Ghandi que a partir de ese momento a pasado a ser una de mis favoritas.
Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir por siempre.
Gracias Dharavi por tantas lecciones en una sola mañana. Muchas más que en cualquier escuela de negocios.
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