Mi primer viaje a Shanghái fue por trabajo, pero más allá de las obligaciones laborales descubrí un destino turístico con mucho potencial.
Recuerdo muy bien que una noche, mientras bajaba al restaurante del hotel, me encontré en el ascensor con una persona que captó mi atención: una mujer elegante de unos 60 años, vestida impecablemente, con un aire de sofisticación y energía en sus movimientos me observaba. Se dirigió a mí en un español fluido, revelando su origen argentino con un dejo de nostalgia en su voz.
– Sabes por qué estoy en Shanghái?» comenzó, sin esperar realmente una respuesta. «Por su arquitectura» apostilló.
Sus ojos brillaron con entusiasmo mientras describía cómo la ciudad, con sus edificios espectaculares y su dinamismo arquitectónico, la había encandilado y esa era ya su cuarta o quinta vez en la ciudad. Me comentó que en cada visita había descubierto un nuevo horizonte de diseños innovadores y transformaciones urbanas. Esa conversación en un ascensor no solo cambió mi percepción de Shanghái; también me enseñó que, a menudo, son los encuentros breves e inesperados los que pueden acabar grabados en mis recuerdos. De hecho, aún lo menciono después de tanto tiempo.
Y años después, la perspectiva de aquella argentina glamourosa se ha revelado como una verdadera premonición de lo que Shanghái continuaría siendo. Esta metrópoli no ha dejado de evolucionar, convirtiéndose en un estandarte de la modernidad para China, un símbolo de lo que el país quiere mostrar al mundo. Cada vez que regreso, encuentro una ciudad que se rediseña a sí misma, siempre apuntando más alto, tanto en sus aspiraciones urbanísticas como en su influencia cultural global.
Historia y cultura de Shanghái
Parece mentira que Shanghai tuvo unos comienzos muy humildes como una aldea de pescadores. Desde entonces, esta ciudad ha sido testigo de transformaciones dramáticas, evolucionando hasta convertirse en un próspero puerto comercial bajo la dinastía Qing. Fue durante esta era cuando Shanghái comenzó a abrirse al comercio internacional, marcando el inicio de su metamorfosis urbana.
Los edificios a lo largo del Bund nos muestras diferentes estilos arquitectónicos, desde el neoclásico hasta el art déco, contando los días de su rico pasado colonial. Pero más allá de su arquitectura, la cultura de Shanghái es una fusiónde lo tradicional y lo contemporáneo. Aquí, las antiguas prácticas como la ceremonia del té conviven con la efervescencia de los festivales modernos, el arte o la gastronomía de vanguardia.
La cocina de Shanghái, con su famoso xiaolongbao y platos de cangrejo peludo, ofrece sabores que son un reflejo de la historia local, mezclando la delicadeza de la cocina china con las influencias de los muchos comerciantes y colonos internacionales que han venido a vivir a Shanghai. Los festivales, desde el Año Nuevo Chino hasta el sereno Festival de la Luna, son de los eventos más destacados.
El legado cultural de Shanghái sigue creciendo con sus museos y galerías, como el Museo de Shanghái y el Centro de Arte Contemporáneo Power Station of Art, que no solo preservan el patrimonio sino que también lo reinterpretan para las nuevas generaciones. Visitar Shanghái es, en esencia, experimentar con un increíble mosaico cultural.
El Bund de Shanghái: un icono entre el pasado y el presente
Cada vez que visito Shanghái, hay una tradición que nunca me salto: tomarme una foto en el Bund. Y suele ser la primera cosa que hago.
Como muchos viajeros, encuentro que esta emblemática franja a lo largo del río Huangpu es un lugar perfecto para iniciarse en esta ciudad. Es un espacio abierto al rio en el que vale la pena pararse y relajarse mientras observas la postal de los rascacielos en Pudong.
El Bund, o «Waitan» como se le conoce en chino, significa literalmente «la orilla exterior». Históricamente, este lugar era parte de la Zona de Concesión Internacional de Shanghái, lo que explica su arquitectura europea distintiva. A lo largo de esta elegante avenida, se alinean edificios que reflejan estilos arquitectónicos que van desde el neoclásico hasta el art déco, erigidos principalmente durante las primeras décadas del siglo XX. Cada edificio en el Bund cuenta una parte de la historia de Shanghái, desde el antiguo Banco de Hong Kong y Shanghái hasta el majestuoso Peace Hotel, testigos del opulento pasado
Curiosidades del Bund
Una de las curiosidades más fascinantes del Bund es su papel durante eventos históricos significativos. Por ejemplo, fue aquí donde se izó por primera vez la bandera de la República de China en 1912, marcando el final de la monarquía y el comienzo de la nueva era republicana. Además, el Bund ha sido testigo de numerosas inundaciones del río Huangpu, lo que llevó a la construcción de un robusto muro de contención que ahora sirve como uno de los paseos marítimos más famosos de China.
Hoy, el Bund no solo es un testimonio del pasado colonial de Shanghái, sino también un centro de su vida cultural. Con frecuencia se llevan a cabo eventos artísticos y exposiciones que atraen tanto a locales como a turistas, añadiendo una capa de dinamismo cultural al histórico paseo marítimo.
Los rascacielos de Shanghái: gigantes que cuentan historias
En mi primera visita a Shanghái, la silueta de los rascacielos que se recortaban contra el cielo desde el Bund (paseo a lo largo del rio) era dominada por dos titanes: la Torre de Comunicaciones (468 metros), conocida como la Torre Perla Oriental, y el impresionante Jin Mao de 420 metros. En aquel entonces, el Jin Mao no era solo un rascacielos; era un monumento a la ambición arquitectónica de Shanghái, destacándose como uno de los edificios más impresionantes del mundo, al menos para mí por su silueta. Recuerdo haber tomado una merienda en el restaurante Cloud Number 9 situado en en el piso tropecientos. El nombre no podría haber sido más apropiado, pues realmente sentías que estabas comiendo entre las nubes, suspendido en una megaestructura de acero y cristal.
Durante diez años, el Jin Mao reinó en la ciudad, pero su estatura fue eventualmente superada por su vecino, el World Financial Center (492 metros), que rápidamente fue apodado «el abrebotellas» por su peculiar diseño en forma de abertura en la cima. Era difícil creer que la silueta de Shanghái pudiera ser más impresionante, pero entonces llegó la Torre de Shanghái. Con sus vertiginosos 632 metros de altura, no solo transformó el skyline, sino que entró en el top de los edificios más altos del mundo.
En mi último viaje a Shanghai estuve visitando el World Financia Center. Hoy en día es habitual que las visitas a los rascacielos sean una de las visitas turísticas más concurridas de las grandes ciudades. En este en concreto, una de las principales atracciones aparte de las vistas en los pisos superiores, es el péndulo de masas sincronizado. Es una gran masa que se mueve al contrario de los movimientos que origina el viento sobre la estructura. Y han decorado toda esa zona con láseres, luces de colores, etc.
Cada vez que vuelvo a viajar a Shanghai, lo hago con expectación, porque es imposible saber si habrá una nueva megaestructura que me aguarda. Y es que la velocidad con la que construyen los chinos es envidiable y son capaces de construir un rascacielos en tiempo récord. De momento no parece que estén por la labor de volver a batir otro récord pero nunca se sabe.
Los Jardines Yuyuan: Un oasis de paz en el corazón de Shanghái
En medio del bullicio urbano y los rascacielos de Shanghái, los Jardines Yuyuan ofrecen un refugio que contrasta con la modernidad de la ciudad. Este histórico jardín, que data del siglo XVI durante la dinastía Ming, es una obra maestra de la arquitectura clásica china. Con sus estanques koi, pabellones tradicionales y sinuosos senderos de piedra, Yuyuan no es solo un lugar para admirar, sino un espacio para relajarse.
Al caminar por los Jardines Yuyuan, es fácil olvidarse de que uno está en la metrópoli más poblada de China. Los delicados arcos y las rocas cuidadosamente colocadas cuentan historias de un pasado donde la armonía y el equilibrio eran buscados con fervor por los antiguos maestros jardineros. Los puentes zigzagueantes que cruzan el agua clara y los árboles centenarios que guardan los caminos, ofrecen sombra y lugares para descansar y relajarse. Realmente es un lugar bucólico que bien vale una visita.
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Según el folclore chino, se cree que los espíritus malos solo pueden viajar en línea recta. Diseñar puentes en zigzag impide que estos espíritus crucen el agua y entren a zonas protegidas, como residencias o templos.
En los alrededores de los jardines, el Bazar de Yuyuan ofrece de todo, desde artesanías tradicionales hasta delicias locales. Degustar un plato de dumplings o buscar souvenirs en este mercado es la manera perfecta de complementar la visita a los jardines, sumergiéndose completamente en la cultura local. Este mercado está compuesto por edificaciones tradicionales lo que supone un contraste curioso. Por ejemplo la calle Fangbang Road, al sur del bazar, es el lugar indicado para comprar cuadros, tallas o productos artesanales.
Descubriendo la concesión francesa en Shanghái
Un rincón fascinante para explorar en Shanghái es la concesión francesa, un área que estuvo bajo administración francesa desde 1849 hasta 1943. Paseando por sus calles, es imposible no notar el aire europeo que aún permea la zona, recordándonos por qué solía ser apodada la «París del Este«.
La concesión francesa se caracteriza por su arquitectura que mezcla elementos europeos con diseños chinos tradicionales, creando un ambiente ecléctico y cosmopolita. Las villas y apartamentos de estilo Art Deco, junto con los plátanos que alinean las calles, ofrecen un escenario casi sacado de una película europea.
Este barrio es especialmente popular entre los expatriados que residen en Shanghái, muchos de los cuales eligen este lugar no solo para vivir sino también para disfrutar de la vibrante vida nocturna en sus bares y restaurantes. Uno de los puntos más visitados es Tian Zi Fang o Taikang Road, conocido por sus galerías de arte, tiendas de artesanías y cafés encantadores, aunque esta área atrae a más turistas.
Lo ideal es dejarse llevar por las callejuelas sin un destino fijo, pero algunas calles destacan por su interés particular como Wukang Lu, Fuxing Lu, Tai’an Lu, Dongping Lu, Julu Lu, Taojiang Lu, Wulumuqi Lu, Yongfu Lu, Xinle Lu y Changle Lu. Cada una de estas calles tiene su propio carácter y ofrece una variedad de tiendas boutique, librerías antiguas y espacios verdes tranquilos.
No te pierdas también una visita al parque Fuxing, uno de los más hermosos de Shanghái, donde es común ver a personas mayores practicando Tai Chi o incluso bailando. Curiosamente, este parque alberga una estatua de Karl Marx. La verdad es que me encontré muchos grupos de gente bailando en este viaje.
Además, en la concesión francesa, puedes visitar la catedral de San Ignacio, un impresionante edificio religioso de principios del siglo XX. La catedral tiene vitrales y arquitectura gótica.
Descubriendo Nanjing Road: El corazón comercial de Shanghái
Nanjing Road es sin duda la arteria más vibrante de Shanghái y una de las calles comerciales más emblemáticas del mundo. Extendida a lo largo de casi 5.5 kilómetros, esta bulliciosa avenida atrae diariamente a cerca de un millón de visitantes, convirtiéndola en un verdadero hervidero de actividad urbana.
La calle se divide en dos segmentos principales: Nanjing Road East y Nanjing Road West. La sección este es especialmente famosa entre los turistas por estar completamente peatonalizada, lo que facilita un paseo tranquilo entre la miríada de tiendas, restaurantes, bares y hoteles que llenan cada rincón. Es aquí donde la magia de Shanghái se despliega ante tus ojos, comenzando en el histórico Bund y extendiéndose hasta la People’s Square.
Recorrer Nanjing Road es una experiencia imprescindible tanto de día como de noche. Durante el día, la energía del comercio y la interacción humana te envuelven, ofreciendo una inmersión completa en la vida urbana de Shanghái. Pero es al caer la noche cuando Nanjing Road se transforma por completo; un espectáculo de luces de neón enciende el cielo, convirtiendo la calle en un escenario fotogénico que parece sacado de una película de ciencia ficción.
Cada visita a Nanjing Road revela algo nuevo, desde las últimas tendencias de moda hasta los sabores más exquisitos de la cocina local e internacional. Y es que con esa extensión que tiene, siempre de encontrarás nuevas tiendas o rincones que no habías descubierto antes.