Anda el príncipe alberto de Mónaco estos días cabreado. Ya lo tenía todo preparado (el cubo, la pala, la gorra, etc.) para imitar a los jeques de Dubai creando una isla artificial pero cuando toda la operación se ha ido al traste. Dice que la situación actual no es la idonea para este tipo de inversiones.
Es una lástima… con lo bien que le queda el cubo y la pala con el traje.
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