Situada en el mar Mediterráneo, la isla de Capri destaca por su belleza natural y su atmósfera de exclusividad. La combinación de sus imponentes formaciones rocosas junto al mar cristalino crea un paisaje de postal que cautiva a todo aquel que la visita. Las casas y villas, adornadas con flores coloridas, ofrecen un contraste deslumbrante contra el azul del cielo y el mar, creando un entorno idílico para los visitantes. Visitamos Capri en nuestro viaje a Pompeya que aprovechamos para visitar la región de la Campania.
La isla no es solo un destino para quienes buscan disfrutar del lujo en sus boutiques o caras cafeterías; es también un lugar lleno de historia y aventuras al aire libre. Ascender a la cima del monte Solaro ofrece vistas panorámicas inigualables, mientras que explorar la histórica Villa Lysis es sumergirse en el legado cultural de la isla. Anacapri, con sus calles estrechas y tranquilas, es el sitio perfecto para quienes buscan paz lejos de las multitudes.
Llegada a la Isla de Capri
Aunque la isla de Capri invita a imaginar llegadas opulentas por aire o en yate, la mayoría de los visitantes arriban por mar desde puntos cercanos como Nápoles y Sorrento en ferry. Varias compañías operan rutas de ferry y barco rápido, conectando a los viajeros con este refugio isleño de manera eficiente y a precios accesibles para todos los bolsillos.
La verdad es que la llegada a la isla en un sencillo ferry ya impresiona y por primera vez comienzas a ver las escarpadas laderas y entiendes el porqué habías leído que existía un teleférico para subir a la ciudad desde el puerto.
Movilidad en Capri
A pesar de su tamaño compacto, Capri es un mundo por descubrir que se presta magníficamente para ser explorado a pie por aquellos entusiastas del senderismo y las caminatas. Las rutas a pie no solo conectan los puntos de interés sino que regalan vistas memorables de la naturaleza y el mar. Para comodidad de los visitantes, existen también servicios de transporte como autobuses locales y el funicular, este último una excelente opción para disfrutar de vistas espectaculares mientras se viaja cómodamente entre Marina Grande y el centro de Capri.
Y lo del autobús en ciertas calles tiene su mérito…
Ciudad de Capri: un retrato de encanto y elegancia
Al pasear por Capri, a veces tienes la sensación de estar en un rodaje de una película de la edad dorada de Hollywood..
La isla es un escaparate de elegancia, donde hoteles de primera línea, establecimientos de alta gama, y tiendas de diseñadores se unen en una armoniosa exhibición de sofisticación mediterránea. Por eso te puedes encontrar una tienda de souvenirs o un Dolce & Gabbana. Esto es Capri…
Durante los meses de verano, las calles de la ciudad se llenan de un ambiente concurrido, con visitantes de todo el mundo y aficionados a la navegación, aunque las antiguas calles aún conservan rincones de paz y tradición. Un paseo hacia el oeste revela joyas ocultas como la Villa Jovis.
Aquí algunos de los rincones más escondidos con encanto de la ciudad.
Lugares imperdibles de la ciudad de Capri
Jardines de Augusto
Cercanos a la histórica Certosa di San Giacomo, los Jardines de Augusto son un esplendoroso ejemplo de terrazas floridas que conducen a un mirador con vistas espectaculares de las Isole Faraglioni que son tres peñas que sobresalen del mar.
La bajada por la serpenteante Via Krupp hacia Marina Piccola es un viaje visual en sí mismo, marcado por curiosidades históricas como el busto de Vladimir Lenin, que rememora su visita a la isla y sus partidas de ajedrez con figuras prominentes de la época.
He de decir que las mejores vistas de la isla las contemplé desde los jardines de Augusto. Atención invasión de yates a la vista…
Certosa di San Giacomo
Este antiguo monasterio, con sus claustros, es un testimonio del rico patrimonio arquitectónico de Capri. Fundado en el siglo XIV, el complejo ha sido el corazón espiritual y cultural de la isla, sobreviviendo a épocas de invasiones y enfermedades. Hoy, alberga un museo y espacios para exposiciones que muestran obras del siglo XVII entre otros tesoros. Alguna de las historias más famosas cuenta como los monjes se encerraron en el monasterio en tiempos de peste para aislarse de ella en vez de cuidar a los enfermos. Éstos les tiraban los muertos por encima de los muros a modo de protesta.
Plaza Umberto I
Conocida como el salón al aire libre de Capri, esta plaza es el punto de encuentro por excelencia para disfrutar del estilo de vida isleño, especialmente al atardecer. Los cafés y terrazas alrededor de la plaza siempre está concurridos y disfrutar de las vistas privilegiadas desde ellos puede tener un precio especialmente alto.
Realmente esta zona es el centro neurálgico de la ciudad de Capri.
Isla de Capri: encrucijada de estrellas y leyendas
Capri, una isla imbuida en el azul profundo del Mediterráneo, ha sido desde tiempos antiguos un punto de encuentro para la elite cultural y artística global. La isla no solo destaca por su impresionante belleza natural sino también como un imán para personajes de fama mundial. Los locales y visitantes a menudo se encuentran con ecos del pasado, desde fotos de estrellas del cine y la música disfrutando de la gastronomía local en los restaurantes hasta las huellas históricas dejadas por visitantes ilustres.
Historias que forjaron una leyenda
La historia de la isla de Capri como refugio de figuras célebres comenzó con el emperador romano Tiberio, quien, buscando escapar del bullicio de Roma, estableció en Capri un complejo de villas de lujo, incluyendo la renombrada Villa Jovis. A pesar de las controversias que rodearon su figura, la influencia de Tiberio marcó el inicio de la isla como un lugar de retiro para los poderosos y ricos.
Con el redescubrimiento de la Grotta Azzurra en el siglo XIX, Capri se abrió a una nueva ola de turismo de élite. Artistas, músicos e intelectuales quedaron cautivados por su encanto y tranquilidad, convirtiendo a la isla en un punto de reunión para la creatividad y la inspiración. Figuras como el pintor John Singer Sargent y el compositor Claude Debussy son solo algunos de los nombres que buscaron musas en sus paisajes.
Isla de Capri y el siglo XX: Un mosaico cultural
A lo largo del siglo XX, la isla de Capri continuó atrayendo a personajes de talla internacional, convirtiéndose en un refugio para aquellos que buscaban escapar de la opresión o simplemente disfrutar de su belleza serena. La isla acogió a exiliados y revolucionarios, a escritores y poetas como Pablo Neruda y Thomas Mann, cuyas obras fueron indudablemente influenciadas por la atmósfera única de Capri.
En tiempos más recientes, la isla ha visto desfilar a una lista de celebridades modernas, desde la icónica Mariah Carey hasta la pareja poderosa de Beyoncé y Jay-Z, todos atraídos por el mismo encanto que ha capturado corazones a lo largo de los siglos. Las calles de Capri, sus restaurantes y sus vistas al mar han sido testigos de momentos íntimos y públicos de estas figuras, añadiendo capas contemporáneas a su rica historia cultural.
Capri hoy: entre el pasado y el presente
La esencia de Capri reside en su habilidad para amalgamar lo antiguo con lo moderno, ofreciendo a todos sus visitantes, famosos o no, un lugar donde la historia se entrelaza con el glamur contemporáneo. La isla sigue siendo un destino predilecto para quienes buscan la belleza, la inspiración, o simplemente un refugio donde el tiempo parece detenerse. Y sobretodo, es lugar de congregación de los que tienen bastante euros en su cuentas bancarias.
La relación de Capri con sus visitantes famosos es una historia que no tiene pinta de terminar, donde la isla ofrece su belleza y tranquilidad, y a cambio, se ve inmortalizada en las vidas y obras de aquellos que la han elegido como su escapada. Es este intercambio el que continúa enriqueciendo el legado de Capri, asegurando que su encanto perdure. En todos los restaurantes verás la foto de algún famoso que se ha sentado en la silla que estás tú en esos momentos.
Villas emblemáticas de la isla de Capri: refugios de historia y belleza
En el extremo noreste de Capri se encuentran dos residencias históricas que capturan la esencia y el misterio de la isla. A tan solo 40 minutos caminando desde la céntrica Piazza Umberto I, se descubren estos tesoros arquitectónicos que ofrecen un vistazo al pasado opulento de la isla. Desgraciadamente no pudimos visitarlas pero os doy alguna pincelada ya que me gustaría volver y visitarlas.
Villa Lysis: Un homenaje al Art Nouveau y al refugio personal
A poca distancia del bullicio de la ciudad, Villa Lysis se yergue como un monumento al arte nuevo, cargado de una atmósfera melancólica. Esta villa fue el santuario del poeta Jacques d’Adelswärd-Fersen, quien buscó refugio en Capri huyendo de controversias personales en París a inicios del siglo XX. La villa, que se ha mantenido en gran parte desocupada, invita a los visitantes a usar su imaginación para llenar sus espacios vacíos. Destaca especialmente una sala decorada al estilo oriental en el sótano, conocida por su pasado como lugar de consumo de opio, decorada con símbolos que Fersen adoptó durante sus viajes, incluido el uso de la esvástica como símbolo de bienestar antes de su connotación moderna. Sus jardines, tocados por la luz del sol, son un espectáculo de la naturaleza entremezclada con la elegancia clásica.
Villa Jovis: testimonio de la grandeza romana
Siguiendo el sendero empinado y retorcido hacia Villa Jovis, ubicada a unos 20 minutos de ascenso, se encuentra la residencia más fastuosa del emperador romano Tiberio en Capri. Esta estructura, que ahora se encuentra en ruinas, era la favorita del emperador por su grandiosidad y su diseño estratégico, que incluía avanzados sistemas de recolección de agua para sus extensos jardines y zonas de baño. La ubicación de Villa Jovis presentaba desafíos únicos para los ingenieros de la época, quienes ingeniosamente desarrollaron un sistema para canalizar el agua de lluvia hacia grandes depósitos, cuyos vestigios aún impresionan a los visitantes.
Uno de los puntos más dramáticos de la villa es el Salto di Tiberio, un acantilado de treinta metros de altura desde donde, según las leyendas, Tiberio arrojaba a sus enemigos al mar. Este lugar no solo ofrece una ventana al pasado romano de la isla sino también vistas impresionantes del paisaje circundante.
La gruta azul: maravilla natural en la isla de Capri
La Gruta Azul es, sin duda, una de las joyas naturales más impresionantes de Capri, atrae a visitantes de todo el mundo con su misterioso brillo azul. Aunque el acceso más sencillo es por mar desde Marina Grande, el precio del viaje no cubre la entrada a la cueva ni el servicio de barca, que deben abonarse por separado. Durante el verano, la popularidad de la gruta puede llevar a largas esperas y aglomeraciones, lo cual puede empañar la experiencia para algunos visitantes.
Descubrimiento y historia
Aunque los pescadores de la zona ya conocían su existencia, la Gruta Azul fue «redescubierta» por el público en general en 1826 gracias al escritor August Kopisch y al pintor Ernst Fries. Investigaciones posteriores revelaron que el emperador romano Tiberio había utilizado la gruta como un nymphaeum privado alrededor del año 30 d.C., y aún es posible observar restos del embarcadero romano en el interior de la cueva.
Con dimensiones de 50 por 30 metros y una altura máxima de 15 metros, la cueva ha experimentado un hundimiento de unos 20 metros desde la prehistoria, dejando como única entrada un pequeño orificio de 1,3 metros de altura. Este acceso limitado es precisamente lo que crea el fascinante fenómeno óptico por el cual la Gruta Azul es famosa: la luz solar penetra a través de una abertura submarina y, al refractarse en el agua cristalina y reflejarse en el fondo de arena blanca, baña la cueva en un resplandor azul eléctrico.
Acceso a la gruta
Para aquellos que prefieren una ruta terrestre, es posible llegar a la Gruta Azul tomando un autobús desde Marina Grande hasta Anacapri y, desde allí, otro autobús hasta el final de la línea, donde una escalera desciende hasta un pequeño muelle. En este punto, los visitantes pueden tomar una de las barcas de remos que los llevarán al interior de la cueva.
El recorrido dentro de la gruta dura aproximadamente 10 minutos, pero es una experiencia inolvidable. Los remeros, que a menudo cantan durante el trayecto, están incluidos en el precio de la entrada, eliminando la necesidad de propinas, a pesar de la insistencia de algunos.
Es importante tener en cuenta que la Gruta Azul cierra cuando las condiciones marítimas son adversas y, aunque está prohibido nadar dentro de la cueva, los visitantes pueden hacerlo en las aguas frente a la entrada.
La Gruta Azul no solo ofrece una experiencia visual única, sino que también conecta a los visitantes con un pasado histórico rico y misterioso, haciéndola un punto obligado para quien visite Capri.
El monte Solaro: vigía del Mediterráneo en la isla de Capri
El Monte Solaro se erige como el centinela de la isla de Capri en la región de Campania, Italia. Alcanzando los 589 metros de altitud, su cumbre representa el punto más elevado de la isla, ofreciendo unas vistas panorámicas sin igual. En la cima de este imponente monte se ubica una reliquia histórica: el «Fortino di Bruto». Este baluarte fue escenario de los enfrentamientos entre británicos y franceses en los albores del siglo XIX, siendo testimonio de un pasado donde la estrategia y la ubicación eran clave en la dominación marítima.
La montaña se distingue por sus pronunciadas pendientes dolomíticas, las cuales trazan una división natural entre las costas este y oeste de Capri. A sus pies, el pintoresco puerto de Marina Grande se despereza bajo su sombra, punto de partida para aquellos que buscan explorar sus alturas.
La popularidad del Monte Solaro entre los artistas no es casualidad. Su situación romántica ha capturado la imaginación de pintores a lo largo de los años, brindando vistas que abarcan el noroeste del mar Tirreno y el golfo de Nápoles. Desde su cumbre, el visitante puede dejarse llevar por la belleza del paisaje que inspiró innumerables lienzos y obras maestras.
Además, la estatua del Emperador Augusto se alza como un hito conmemorativo en honor al primer desembarco romano conocido en la isla. Desde este punto elevado, los visitantes no solo contemplan la belleza del paisaje, sino que también pueden reflexionar sobre los miles de años de historia que han convertido a Capri en el destino de ensueño que es hoy.
Un reto para los aventureros
Para los entusiastas del senderismo y aquellos en busca de un desafío, el Monte Solaro también se puede conquistar a pie. El camino comienza en Via Axel Munthe, tomando luego Via Salita per il Solaro, una ruta empinada que serpentea a través de la naturaleza hasta llegar a La Crocetta, un cruce de caminos marcado por un crucifijo único que ofrece vistas espléndidas del valle de Cetrella y más allá. La caminata puede durar entre 45 minutos y una hora, pero la recompensa al final es una perspectiva elevada sobre la isla y el mar circundante, un premio digno del esfuerzo.
Patrimonio y espiritualidad en la cumbre
En las proximidades de la cima, se encuentra la ermita de Santa María a Cetrella, un testimonio de la historia y espiritualidad de Capri. Originaria del siglo XV, la ermita cuenta con un campanario y dos naves de bóveda de cañón que constituyen sus partes más antiguas, a las que se añadieron la sacristía y algunas capillas en el siglo XVII. Para aquellos interesados en explorar este lugar de paz y devoción, es recomendable consultar los horarios de apertura en la oficina de turismo, ya que no siempre está accesible al público.
Ascender al Monte Solaro no solo es una oportunidad para admirar las impresionantes vistas de Capri y sus alrededores, sino también para conectar con la rica historia y el espíritu contemplativo que caracteriza a la isla. Ya sea por telesilla o a pie, alcanzar la cima de este monte es una experiencia que enriquece y eleva, literal y metafóricamente, a todo aquel que decide emprender el viaje.
Y para saber más
Olvídate de las playas de arena. Hay pocas y de piedras.
En Capri hace calor, y en verano mucho calor. Por eso, no es raro ver a los turistas esperar el funicular amontonados en las calles a la sombra.
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