Solo un puñado de sofisticados urbanitas toma café en China. La mayoría de los chinos elige té verde, blanco o negro (conocido como "rojo") y además considera el té una necesidad básica. Como reza el antiguo refrán chino: "Leña, arroz, aceite, sal, salsa de soja, vinagre y té son las siete cosas necesarias para comenzar el día".
En China, el té verde, que emplea hojas frescas, es más popular que el negro, que ha sido cuidadosamente oxidado, se puede almacenar más tiempo y tiene mayor contenido en cafeína. El té es una parte tan importante de la dieta china que mucha gente lo lleva consigo en un termo o en una simple jarra con tapa, añadiéndole agua hirviendo a lo largo del día.
Degustar té es algo distinto a simplemente beber té. Para ello se emplean teteras y tazas específicas, y se realiza un proceso de infusión que sigue toda una serie de pasos, para asegurarse de que cada tipo de té se degusta en su punto óptimo de intensidad. Los entendidos pueden elegir entre cientos de clases de té chino, cuyo precio varía según el tipo de hoja y su cosecha (el año en que fue recogido).
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