
El turismo deportivo, especialmente en el mundo del running, está marcando una nueva era en la forma en que experimentamos las ciudades y el deporte. La maratón, con su desafiante recorrido de 42.2 kilómetros, no solo pone a prueba la resistencia física y mental de los corredores, sino que también se ha convertido en una vibrante expresión del turismo global. A continuación, os explicaré bajo mi punto de vista cómo este fenómeno está transformando tanto el deporte como el turismo.
Transformación en el running: más que velocidad
El perfil del maratoniano ha evolucionado significativamente desde 1986, cuando el tiempo promedio para completar una maratón era de 3 horas, 52 minutos y 35 segundos. Hoy, la marca ha aumentado a 4 horas, 32 minutos y 49 segundos. Este cambio no indica una disminución en la capacidad atlética, sino más bien una democratización del running. La participación en maratones se ha expandido para incluir corredores de todos los niveles, reflejando una mayor inclusión y diversidad dentro de este deporte.
La mentalidad ha cambiado: ahora, el enfoque está menos en competir por el mejor tiempo y más en la experiencia personal, el superar metas individuales, y el respeto por el esfuerzo físico que implica correr durante horas. Este enfoque inclusivo ha abierto las puertas a muchos que, motivados por la emoción de cruzar la línea de meta, se suman a la aventura del maratón, independientemente de su habilidad o velocidad.
Impulso económico y social a través del turismo de maratones
Las maratones no son solo competiciones; se han convertido en eventos emblemáticos que atraen a participantes y espectadores de todo el mundo. Un claro ejemplo de esto es la Maratón de Barcelona 2024, donde el 59% de los participantes vinieron de fuera, representando a más de 100 países. Este fenómeno no solo fomenta la actividad física, sino que también promueve el turismo, convirtiendo a las ciudades en destinos de elección para corredores y sus acompañantes.
En un análisis detallado sobre el impacto del turismo deportivo en las ciudades anfitrionas, es imposible ignorar el fenómeno socioeconómico que acompañan los eventos de carreras urbanas. Estas competiciones no solo son un espectáculo deportivo, sino también un motor significativo para la economía local. La llegada masiva de participantes, que raramente viajan solos, trae consigo un aumento considerable en el gasto turístico siendo algunos destinos realmente codiciados. Por ejemplo, la maratón de Valencia, con sus 35.000 inscripciones ya agotadas para diciembre de 2024, demuestra el poder de atracción de estos eventos, habiendo generado más de 31 millones de euros en gasto turístico el año pasado .Los corredores, ya sea en grupos o acompañados por sus familias, se convierten en huéspedes de hoteles, clientes de restaurantes en busca de la perfecta carga de carbohidratos pre-carrera, y usuarios de diversos servicios locales, esparciendo así sus gastos en una amplia gama del sector servicios.
Este efecto multiplicador no se limita solo a la demanda de alojamiento y alimentación. La logística propia de estos eventos deportivos introduce necesidades particulares: desde solicitudes en hoteles para realizar un ‘late check-out‘, hasta ajustes en los horarios de servicios como el desayuno, que deben adaptarse al calendario de la competición. Estas adaptaciones no solo evidencian la flexibilidad y capacidad de respuesta del sector turístico, sino que también subrayan la importancia de la planificación y gestión de eventos para maximizar los beneficios económicos y la satisfacción del visitante.
Caminar por las calles de la ciudad anfitriona en vísperas de una carrera es testimonio de la escala de este fenómeno. El simple acto de observar el calzado deportivo de los transeúntes revela la magnitud de la ‘invasión’ de corredores, una señal inequívoca de la popularidad y el atractivo del evento. Esta observación casual subraya una realidad más profunda: el turismo deportivo, especialmente en forma de carreras urbanas, es una oportunidad única para promover la ciudad, fomentar la economía local y, al mismo tiempo, incentivar la actividad física y el bienestar entre los residentes y visitantes.
Para incorporar al artículo que estás elaborando sobre turismo deportivo, especialmente centrado en maratones, aquí te dejo una sección detallada sobre las principales maratones del mundo. Esta lista no solo resalta la importancia deportiva y cultural de cada evento, sino que también menciona la opción de participar en estas maratones de manera virtual, una modalidad que ha ganado popularidad en los últimos años.
Las principales maratones del mundo: Un recorrido por la excelencia y la tradición
El fenómeno del turismo deportivo alcanza su máxima expresión en el mundo de las maratones, eventos que atraen a miles de corredores y espectadores de todas partes del globo. A continuación, os destaco algunas de las maratones más emblemáticas, famosas no solo por su desafío atlético sino también por la riqueza cultural y la belleza de sus recorridos. Además, para aquellos que desean experimentar estas competiciones desde cualquier lugar, diversas aplicaciones ofrecen la posibilidad de correrlas virtualmente, disfrutando de una experiencia inmersiva mientras se avanza por el recorrido en la cinta de correr de casa.
Maratón de Tokio
Celebrada a finales de febrero o principios de marzo, esta maratón ofrece una ruta por los icónicos lugares de la capital japonesa, como el Palacio Imperial y la Torre de Tokio. Un distintivo único es la libertad de los participantes para competir disfrazados de sus personajes de caricaturas favoritos, añadiendo un toque de color y diversión al evento.
Maratón de Nueva York
Desde su primera edición en 1970, ha crecido hasta convertirse en la maratón más grande del mundo, reuniendo anualmente a cerca de 50.000 corredores. El recorrido atraviesa barrios emblemáticos como Staten Island, Queens y Brooklyn, culminando en Central Park. Este evento fue reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en 2014.
Maratón de Boston
Conocida como la maratón más antigua del mundo, se celebra desde 1897 y está marcada por su exigente recorrido con pronunciadas pendientes. Originalmente solo para hombres, desde 1966 permite la participación femenina, siendo Roberta Gibb la primera mujer en cruzar la meta.
Maratón de Berlín
Iniciada en 1974, esta maratón simboliza la unificación de la ciudad tras la caída del Muro de Berlín. Conocida por ser el escenario donde se han batido récords mundiales masculinos, su ruta plana la convierte en la más rápida del mundo.
Maratón de Londres
Junto a las de Chicago y Berlín, se cuenta entre las maratones más veloces. Los corredores pasan por lugares emblemáticos de Londres, como el Big Ben y el Palacio de Buckingham, en una ruta que también ofrece vistas cercanas al río Támesis.
Bonus: Maratón del vino (Maratón du Medoc)
Ubicada en la región de Burdeos, famosa por sus vinos, esta maratón se distingue por su ambiente festivo donde correr disfrazado es la norma y los avituallamientos ofrecen más de 20 tipos de vino para degustar. Se autodenomina el «maratón más largo del mundo», y no precisamente por su distancia.
Estas maratones no solo son pruebas de resistencia física, sino también festivales que celebran la unión, la diversidad y la pasión por el deporte, al tiempo que permiten a los corredores y espectadores experimentar de cerca la cultura y la belleza de cada destino.
Conclusiones: Una tendencia en auge
El turismo deportivo, representado en este caso por el auge de las maratones, demuestra cómo el deporte puede ser un poderoso motor de cambio y desarrollo para las ciudades. Estos eventos no solo promueven una experiencia única entre los participantes, sino que también ofrecen una oportunidad única para explorar nuevas culturas y destinos.
El running, con su capacidad de unir a personas de diferentes orígenes en una misma pasión, está en el corazón de este fenómeno. A medida que más personas de todo el mundo se suman a esta ola, el turismo deportivo seguirá creciendo, redefiniendo la manera en que vivimos y experimentamos el deporte y el turismo.
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