La Vila Romana dels Munts, situada en el municipio de Altafulla a unos 12 kilómetros de Tarragona, es uno de los yacimientos arqueológicos más fascinantes de la Cataluña romana. Este emplazamiento, que nos lleva de vuelta a los albores del siglo I d.C., ha sido testigo de la evolución histórica, arquitectónica y social de la región. A través de los siglos, el yacimiento ha contado historias de esplendor y declive, de reconstrucciones y abandono, ofreciendo a los historiadores y arqueólogos un lienzo interesante sobre la vida en la antigua Roma o mejor aún, cómo era la Roma de Tarraco.
Un legado que trasciende el tiempo
La historia de la Vila Romana dels Munts comienza con los restos de una villa del siglo I d.C., que posteriormente fue desmontada para dar paso a la construcción de una gran villa aristocrática. Este cambio marcó el inicio de una era de lujo y refinamiento, que podemos ver, por ejemplo gracias a los mosaicos que hoy admiramos. Sin embargo, este esplendor no duraría eternamente; a finales del siglo III, un devastador incendio marcaría el principio de una lenta decadencia que se extendería por siglos.
El inicio del siglo V trajo consigo reformas que transformaron lo que quedaba de la villa en una estructura tardorromana y visigoda, la cual perduró hasta el siglo VII. Tras un largo período de olvido, en el que el sitio fue víctima del abandono y expolio, la memoria de este lugar y su importancia romana fueron revividas en el siglo XVI por el humanista Lluís Pons d’Icart. No sería sino hasta mediados del siglo XX que se iniciaría un proceso sistemático de excavaciones arqueológicas, desentrañando significativas porciones del yacimiento y permitiendo reconstruir las líneas maestras de su historia.
Un tesoro arqueológico renacido
Gracias a estas campañas de excavación, la Vila Romana dels Munts ha emergido para reclamar su lugar como un sitio de invaluable valor histórico y cultural. Cada hallazgo en este lugar no solo aporta luz sobre el modo de vida de sus antiguos habitantes sino que también refuerza la conexión de Altafulla con su pasado romano.

La majestuosa edificación de la Vila Romana dels Munts en Altafulla
La Vila Romana dels Munts es un testimonio de la arquitectura y el estilo de vida de la élite romana en el siglo II d.C. Esta villa residencial, ubicada en la ladera de una colina con vistas privilegiadas al mar Mediterráneo, representa un ejemplo sobresaliente del lujo y la sofisticación en el diseño de viviendas de la época.

Ubicación estratégica y diseño excepcional
El emplazamiento de la Vila Romana dels Munts no fue elegido al azar. Su posición cercana a la playa, con un fácil acceso tanto por tierra como por mar hasta Tárraco, y la proximidad a un río, hacían de este lugar el escenario ideal para disfrutar de un clima agradable y vistas excepcionales durante gran parte del año. La villa se aprovechaba de un entorno idílico.


Una construcción de dos plantas con lujosas amenidades
La estructura principal de la villa se desarrollaba en dos niveles, donde el piso superior albergaba las estancias más nobles. Este nivel se organizaba alrededor de un amplio patio interior, coronado por un estanque central que acogía peces, un detalle que subraya el lujo y la atención al detalle en el diseño de la vivienda. Además, contaba con una galería que ofrecía vistas despejadas hacia el jardín y el mar, creando un espacio perfecto para la contemplación y el disfrute de la naturaleza.


En la planta baja, se encontraban habitaciones adicionales y un gran comedor o triclinio, diseñado para acoger banquetes. Un sofisticado sistema de calefacción por suelo en los baños, junto con piscinas de agua fría y caliente, letrinas, y otros baños cerca de la playa, completaban las edificaciones, evidenciando una infraestructura pensada para el máximo confort de sus ocupantes.


Decoración refinada y simbolismo cultural
No menos impresionante es la decoración interior de la Vila Romana dels Munts. Pinturas murales, mosaicos, esculturas, y otros elementos decorativos en mármol importado, destacan el refinamiento y la riqueza cultural de sus propietarios. Mosaicos que representan a las musas y techos pintados evocando las estaciones del año son solo algunos ejemplos de la excepcionalidad artística presente en este sitio arqueológico, subrayando la importancia de la villa no solo como residencia sino como centro cultural y artístico. Los mosaicos en las visitas a las habituaciones son uno de los platos fuertes de la visita como podéis apreciar en las imágenes.





Vida cotidiana en la villa: un reflejo de la élite romana
Imaginar la vida cotidiana en la Vila Romana dels Munts permite sumergirse en el pasado y experimentar el lujo y la sofisticación de la élite romana. Los días comenzaban con paseos por los jardines y disfrutando de las vistas desde la galería, seguidos de tardes de relajación en los baños y noches de banquetes con entretenimiento musical y literario.
Sin duda las termas es de lo más espectacular de la villa con todas las partes características de un recorrido termal romano y las diferentes fases o etapas como el baño frío, caliente, etc..:






Y con tanta agua eran necesarios depósitos para almacenarla. Nos encontramos con un depósito muy grande del que queda un arco y una cisterna que se conserva casi intacta.


Avitus y Faustina: Los guardianes del legado de la Vila Romana dels Munts
Dentro de las paredes de la Vila Romana dels Munts, en Altafulla, los vestigios del pasado cobran vida, revelando historias de aquellos que una vez caminaron por sus salones y jardines. Una de las habitaciones de esta impresionante residencia alberga los restos de una fuente, un testimonio silencioso de la opulencia y el cuidado puesto en cada detalle de la villa. Pero, ¿quiénes fueron los artífices de tan exquisitas manifestaciones de arte y arquitectura?
Un legado escrito en piedra y agua
La fuente, con su frontal adornado por la imagen de Oceanus, el dios del Océano, guarda una inscripción reveladora: fue construida por Avitus y Faustina, señores de la casa. Este pequeño fragmento de historia nos brinda una ventana al pasado, presentándonos a Caius Valerius Avitus y su esposa Faustina, personajes de notable estatus y refinamiento.
Caius, originario de Augustobriga (actual Muro de Ágreda, Soria), fue llevado a Tárraco por el emperador Antonino Pío, donde ejerció como duunvir, la mayor autoridad de la ciudad. Junto a su esposa Faustina, dejaron una marca indeleble en la Vila Romana dels Munts, no solo como propietarios sino como mecenas de las artes y la arquitectura.
Innovación y belleza: las reformas de Avitus y Faustina
El deseo de Avitus y Faustina por inmortalizar su paso por la villa se manifestó en numerosas mejoras y adiciones. No contentos con la construcción de la cisterna y la fuente, la pareja emprendió una serie de reformas significativas. Ampliaron los baños agregando más piscinas y letrinas, enriquecieron el espacio con nuevas esculturas, colocaron un nuevo mosaico en el pasillo y revitalizaron algunas habitaciones con frescos pintados.
Estas intervenciones no solo reflejan el gusto y la visión estética de Avitus y Faustina sino también su compromiso con la creación de un entorno que combinara funcionalidad con una belleza excepcional. A través de sus esfuerzos, la villa no solo se convirtió en un hogar lujoso sino también en un bastión de la cultura y el arte romanos.
Pau aún seguía interesado en las habitaciones y las pinturas de las mismas.
La Vila Romana dels Munts: ¿refugio imperial de Adriano en Tárraco?
La visita del emperador Adriano a Tárraco en el invierno del año 122-123 d.C. es un evento de gran relevancia histórica que todavía hoy fascina a historiadores y arqueólogos. Durante su estancia, Adriano no solo presidió el Concilio Provincial, un evento crucial que reunía a representantes de toda la provincia, sino que también ordenó la restauración del templo de Augusto, demostrando su compromiso con la conservación del patrimonio cultural romano.
Preparativos para una visita imperial
La noticia de la llegada de Adriano seguramente agitó las aguas en Tárraco, generando una atmósfera de expectativa y preparativos frenéticos. La elección del alojamiento para el emperador era de suma importancia, ya que necesitaba reflejar la dignidad y el estatus imperial, además de ofrecer un retiro tranquilo alejado del ajetreo de la capital provincial. Es aquí donde la Vila Romana dels Munts entra en la narrativa como un candidato potencial para haber sido el escenario de tan distinguida visita.
La ubicación estratégica de la Vila Romana dels Munts, a poca distancia de Tárraco y su impresionante diseño y decoración, hacen plausible la hipótesis de que haya servido como residencia imperial durante la visita de Adriano. Los hallazgos arqueológicos en la villa, como la estatua representando a Antínoo, el amante predilecto del emperador, y la presencia de un gran mitreo, refuerzan la teoría de que la villa fue elegida por su significado especial y su capacidad para satisfacer las necesidades y gustos del emperador.
Entre hipótesis y evidencias
Aunque no podemos afirmar con certeza que la Vila Romana dels Munts alojó a Adriano, las evidencias sugieren que este magnífico sitio tenía todas las cualidades para ser considerado un alojamiento imperial. La suntuosidad de sus espacios, el lujo de su decoración y su proximidad a Tárraco la convierten en un escenario idóneo para una visita de tan alto perfil.
La posible estancia de Adriano en la Vila Romana dels Munts no solo añade una capa de misterio e interés al ya fascinante pasado de esta villa, sino que también nos permite imaginar cómo sería la vida en esta excepcional residencia romana, capaz de acoger a los personajes más distinguidos del Imperio Romano.
El misterio del mitreo en la Vila Romana dels Munts
En el corazón de la Vila Romana dels Munts, un enigma arquitectónico y religioso cautiva a historiadores: la presencia de un mitreo, un espacio sagrado dedicado al culto de Mitra. Esta divinidad, venerada en el mitraísmo, una religión mistérica de la antigua Roma, promulgaba lecciones de vida y muerte, sacrificio y renacimiento, a través de la leyenda del sacrificio del toro por Mitra, acto del cual surgieron todas las formas de vida vegetal, el trigo y el vino, elementos esenciales para la vida y la celebración.
La mitología cuenta que, obedeciendo un mandato divino del Sol, Mitra ejecutó el sacrificio del toro dentro de una cueva. De este acto simbólico, esencial para la fertilidad de la tierra y la prosperidad de los humanos, nacieron las hierbas, las plantas, el trigo y, de su sangre, el vino. Este episodio culmina con Mitra ascendiendo al cielo, transformándose en una deidad. La relevancia de este mito se extendió a lo largo del Imperio Romano, encontrando su expresión más íntima en los rituales celebrados en los mitreos, lugares que recreaban la cueva donde Mitra realizó su acto sagrado.
El mitraísmo, caracterizado por su naturaleza exclusiva, estaba reservado únicamente para aquellos iniciados en sus misterios. La iniciación en esta fe exigía superar diversas pruebas, culminando en la participación de un banquete ritual que simbolizaba la última cena que Mitra compartió antes de su ascensión. Estos banquetes se llevaban a cabo en mitreos, espacios cerrados que evocaban una gruta, con un pasillo central flanqueado por banquetas donde los fieles se reclinarían para compartir el alimento sagrado, con la imagen de Mitra sacrificando el toro presidiendo el altar al fondo.
El mitreo hallado en la Vila Romana dels Munts es excepcional no solo por su ubicación en una villa aristocrática, desviándose de la norma de situar estos centros de culto en ciudades o campamentos militares, sino también por sus dimensiones, comparables a las del grandioso mitreo de las termas de Caracalla en Roma. Este hallazgo plantea interrogantes sobre la naturaleza del culto a Mitra en contextos no urbanos y la posición social de sus adeptos dentro de la estructura aristocrática de la época.
La existencia de este mitreo en una villa tan distinguida como la de Els Munts añade una capa de misterio y profundidad a la historia del lugar. Aunque muchas preguntas permanecen sin respuesta, la presencia de este espacio sagrado subraya la importancia del culto a Mitra en la vida espiritual y social del Imperio Romano, ofreciendo una ventana única al pasado religioso y cultural de esta civilización.
Centro de interpretación de la Vila Romana dels Munts
La visita no queda solo en pisar los restos arqueológicos. Podemos ampliar información gracias al centro de interpretación. En él tenemos desde maquetas o paneles informativos que nos aportan mucha información complementaria para la visita.
Fuente de información: Museu Nacional arqueológic de Tarragona
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