Siempre que leo algo relacionado con el antiguo Egipto acabo fascinado por los datos que demuestran cómo tenían todo calculado hasta el más mínimo detalle: que si la altura de la pirámide tiene relación con la distancia al sol, que si aquello es múltiplo de pi, etc. Por otra parte, el sol marcaba sus vidas y por ello Ra fue ganando en imporancia durante la historia egipcia como deidad relacionada con el ciclo de la vida: dador de vida y responsable del ciclo de la resurrección. En este post vamos a ver como los cálculos de los antiguos Egipcios y el dios Ra hicieron que algunos monumentos como el templo a Ramses II en Abu Simbel tome vida una vez al año aún en nuestros días.
Cuando Amelia encontró a Ra
Durante el invierno entre 1873 y 1874 Amelia Edwards visitó Egipto con sus amigos. Era una novelista y periodista británica con algún éxito ya publicado. Aquel año tenía un plan diferente que consistía visitar una cultura ancestral como la egipcia pero recorriendo aquellas tierras invadidas por la arena en una dahabiya o barco en el que podían alojarse durante los días de navegación tranquila por el Nilo. Me puedo imaginar la fascinación de Amelia y compañía llegando con sus maletas impolutas a la antigua colonia británica y sus primeros pasos por aquellos áridos paisajes tan diferentes de su Inglaterra natal.
Recorrieron lugares como File y llegaron a Abu Simbel por la que sintieron una especial atracción que hizo que se quedaran allí hasta 6 semanas. Posiblemente aquí comenzó el verdadero amor de Amelia por aquella tierra y quizás su vertiente periodística hizo que se quedara fascinada por el templo que estaba dedicado al dios Ra, Amon y Ptah. Este fue el primer encuentro entre Amelia y Ra con Ramses II de anfitrión.
El tesoro de Ramses
Puedo entender a Amelia cuando el misterio del lugar la llevó a iniciar una excavación para intentar averiguar más sobre ese lugar. Una periodista tenaz con semanas por delante puede ser una combinación explosiva; tanto que aquella grieta llegó a ser mucho más que una arruga creada por el tiempo en la roca.
Después de picar la grieta se convirtió en descubrimiento: un santuario no antes visto hasta ese día. Pero lo mejor estaba por llegar…
Aquel 20 de febrero de 1874 Amelia no podía dormir. Ya no le quedaba mucho tiempo en Abu Simbel y esa noche le costó conciliar el sueño. Pensó en la cámara de Ramses II y se dirigió allí con un candil en la mano ya que aún no había salido el sol. No le resultó difícil llegar; había entrado tantas veces en las últimas semanas que podría orientarse con los ojos cerrados.
Amelia estaba iluminando la cara de Ramses con el pequeño fuego cuando de repente una luz mucho más intensa comenzó a iluminar el faraón. Eran las 5:53 de la mañana y rápidamente apagó el candil y se apartó de la línea imaginaria que unía al faraón con el sol y cuyos rayos atravesaban los más de 60 metros que tenía la cámara. En silencio, el rayo del sol comenzó a moverse y tras dejar a Ramsés iluminó a Ra y después a Amón. Justo antes de que llegara al Ptah el rayo desapareció. No era de extrañar, no podía iluminarlo ya que está relacionado con el submundo y la oscuridad.
Y el mundo vio a Ramses saludar a Ra el 20 de Febrero.
Aquel momento mágico de un 20 de Febrero a las 5:53 de la mañana Amelia lo reflejó en su best seller «Mil millas a lo largo del Nilo«. En ese momento, todos el mundo supo de un nuevo romance entre Ramses, Egipto y el astro rey. Ese día era el aniversario del nacimiento y coronación de Ramses.
Cuando se tuvo que trasladar el templo debido al lago Nasser, los ingenieros de la UNESCO intentaron mantener en la medida de lo posible la orientación para que el sol siguiera entrando eternamente un día del año para saludar a Ramses. Sin embargo, al estar a una altitud diferente y desplazado unos metros respecto a la localización original, ahora el día mágico se ha movido un día; el pasado 21 de Febrero unas 2200 personas esperaron como cada año el gran acontecimiento en el minuto mágico.
Creo que hay viajes que pueden justificarse por un solo minuto. Este es uno de ellos donde gracias a una intrépida periodista y un faraón que quiso rendir homenaje a Ra, miles de personas esperan ese minuto mágico una vez al año.
Cumpleaños Infantiles dice
Imprensionante articulo, tan lejos que se ve el lugar. en tiempo y cultura
somos dice
Gracias. me alegra que te guste.