Si Barcelona tiene la Sagrada Familia, o París la Torre Eiffel, Florencia tiene su Ponte Vecchio. Sin duda la construcción más fotografiada de la ciudad, que luce en la distancia y aparece en todas las guías sobre «Qué ver en Florencia».
Sin duda es impagable admirar un puente con tanta historia. Su aspecto final en piedra data del año 1345 pero se estima que ya existía en el 150 A.C. La decisión de hacerlo en piedra fue debida a que se colmó la paciencia de los florentinos con las continuas reconstrucciones del puente de madera debido a las frecuentes inundaciones del río Arno. De hecho, es el puente de piedra más antiguo de Europa.
Desde hace unos siglos está lleno de joyerías y orfebres. Inicialmente estaba repleto de carnicerías y Fernando I ordenó cerrarlas por el mal olor siendo ocupadas por oficios con menos efectos colaterales para las fosas nasales como los orfebres y joyeros.
Y esta es la foto del interior del Ponte Vecchio.
También se habla que como el Ponte Vecchio estaba exento de tasas e impuestos fue el lugar elegido por estos oficios de mercancías tan valiosas.
Sea como fuere, el puente conserva parte del encanto después de siglos.
El puente lo recorre el corredor Vasariano, construido en el 1565 y que conecta el Palazzo Vechio y el Palazzo Pitti.
De todas formas, si he de buscar un «pero» al mismo es que las tiendas que se extienden a su paso no están a la altura con los años de historia del puente. Creo que unas tiendas más cuidadas de aspecto y con un toque más tradicional o artesanal le harían un favor a la visita.
A pesar de todo es un puente de los que uno no dejaría de dibujar. Este es mi dibujo rápido del mismo.
Un verdadero pecado tener información y dibujos de Florencia y no haberlos publicado. A ver si continúo la serie de «Qué ver en Florencia».
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