Esta nueva sección pretende recoger experiencias de todo tipo que pueden amargarnos un viaje. La primera me consta que es real y no es una leyenda urbana.
Un amigo de un amigo de un amigo ….
Estaba en un hotel pasando sus vacaciones. Cuando llegó a la habitación observó que sus cosas habían sido movidas de sitio. Revisó todo el equipaje y no echó en falta nada. Por eso, el incidente quedó olvidado.
Cuando llegó a casa y reveló las fotos vio una que no había realizado él….
En ella aparecía a alguien no identificado sosteniendo su cepillo de dientes y frotándose con él el culo. Ante esta escena no me cabe otra que cosa que decir que «menuda putada … viajera»
AHHHHHHHH!! Que asco!! >_<
Me imagino la cara que pondría el amigo del amigo del amigo…al ver la foto…pobrecillo.
Eso no es una putada es un putadón!!!
Besos.
Bueno, a mi la verdad es que me han pasado algunas cosas raras en algunos viajes en el «interior» (refiriendome a España).
De viajes fuera, lo único algo extraño fue en el aeropuerto de Frankfurt donde fui a comprar unos bocadillos a una de esas tiendas que venden de todo y la dependienta no me quiso atender en inglés (aun entendiendolo perfectamente). Se limitaba a decirme (en inglés, para más inri) que por favor le hablase en Alemán. Curiosa la anecdota que se zanjó positivamente en el momento que deje las cosas en el mostrador y me dispuse a marcharme sin llevarme nada… entonces, por arte de magia, aquella dependienta «escupió» un inglés perfecto diciendome el importe total a pagar por lo que habia intentado comprar. Pagué, le solte un «buenas tardes, tontalculo» en el idioma patrio y me comi mi bocata de salami y pepinillos (creo que en Alemania le ponen pepinillos a todo) con una Beck’s de medio litro.
Aparte de cancelaciones de vuelos y derivados, no he tenido más problema en hoteles, exceptuando hoteles de montaña de mala muerte perdidos donde Dios dio las tres voces, en los que me encontré alguna cucaracha o el baño impracticable.
Un saludo.
no me puedo creer lo del cepillo, eso es pa denunciar al hotel.
eso del cepillo no hubiese sucedido de haber llevado una cámara digital!