Este es un artículo un poco contradictorio ya que no debería ser normal que un bloguero de viajes hable del problema de internet a la hora de planificar un viaje. Y menos que aluda a un exceso de información en relación a los viajes. Sin embargo, la oferta informativa es tan grande que hemos de pensar hasta que punto comienza a ser un problema más que una ventaja.
Cuando comencé en esto de los blogs de viajes, digamos que información viajera tampoco había tanta. Está claro que la falta de oferta provoca una falta de diversidad de opiniones y que a su vez provoca que una opinión tenga más impacto que el que realmente se merece simplemente porque no hay nada con lo que contrastarlo.
Ahora, el problema es otro. La cuestión es cómo podemos aplicar filtros que nos dejen discernir entre lo que es realmente importante y lo que es paja en la red.
El sector de los viajes mueve mucho dinero y millones de personas bucean por internet intentando encontrar el mejor destino y otros tantos andamos explicando los que consideramos mejores destinos. Desde el punto de vista de las fuentes, tenemos dos principales:
Los blogs de viajes
Es increíble la cantidad de blogs que pueblan las redes sociales. Como he dicho antes, en el momento que comencé en el 2005 os aseguro que había muy pocos blogs. Hoy en día, algunas veces he pensado que debería recopilar los nombres cada uno de los blogs viajeros que existen ya que saldría una lista cuando menos curiosa. Es más, si tuviera que poner un blog hoy en día comenzaría a tener problemas solo para elegir el nombre. Están elegidas todas miles de combinaciones posibles y lo bueno es que comienzan a tirar de creatividad y frases con segundas para poner un simple nombre que al fin y al cabo representará tu marca en internet.
Y sobre los blogs no puedo decir mucho ya que no puedo criticar un medio que cada vez es más descomunal y gigante. Antes, nos conocíamos casi todos pero últimamente creo que es materialmente imposible llegar a ese extremo. Además, hacer un seguimiento de incluso los más importantes implicaría tener que invertir mucho más tiempo del que realmente dispongo. Y ese poco que tengo es para escribir post como este.
De todas formas, en este sentido solo comentar algunas líneas básicas que creo que han de servir de guía para valorar los blogs:
- El tiempo que llevan. Con esto no digo que no hemos de leer los nuevos blogs que aparecen. Pero hemos de tener en cuenta que muchos blogueros comienzan en esta aventura porque creen que pueden vivir de ello o viajar con los gastos pagados. Es el precio que hemos de pagar por el efecto influencer que parece que cualquiera con una página web puede cambiar su suerte de la noche al día. Nada más alejado de la realidad. Los que he visto que sobreviven a pesar de todo es a costa de mucho amor al blog y horas de trabajo. Y creo que en estos dos puntos está un poco la clave para hacer una primera criba. Las horas y el amor se entrevén con la calidad de las fotos, los textos o incluso la longitud de los artículos.
- Todo por la pasta. Hay blogs que directamente están hechos para que aparezcan los primeros en google. Esto es uno de los temas que traté en mi post del slowblogging. La finalidad está clara. Si google me visita, tengo muchas visitas. Y si tengo muchas visitas puedo tener una buena carta de presentación. Y esto hace que veas post construidos casi artificialmente para posicionar palabras clave. Por otra parte, el tener muchas visitas hace que se abuse de la publicidad de google. Artículos acribillados de publicidad cada dos párrafos. Lo entiendo pero me duele como bloguero que en cierto modo google los siga considerando visitables. Ah, que es google quien envía las visitas y quien pone la publicidad…
- Lo mío es lo mejor. Otro tema en relacion a los viajes es que siempre los viajes que hacemos parecen que han de ser los mejores. Claro, somos influencers y no vamos a viajar a un destino que luego resulte un truño. Imaginad, invertir dinero en un viaje y luego publicar un simple «no lo recomiendo». Esto se enmarca dentro de la información objetiva y también creo que hay que alejarse de blogs donde todo se idealiza y se crean hasta relatos épicos de la aventura de comprar unas lechugas en la verdulería.
Y comento estos puntos ya que después de trece años en algún momento he pasado, o al menos me he visto tentado, por cada uno de los puntos anteriores. Aquí no se libra nadie.
Los recomendadores
En este apartado entraría el tripadvisor de turno. Estos tipo de buscadores hacen uso del «opinamos todos y nos ayudamos». Si miramos en tripadvisor podemos ver millones de opiniones de cada uno de los destinos, restaurantes, y hasta el último bar que existe en cualquier lugar del mundo. En función de los comentarios y las puntuaciones se sitúan en un ranking. Evidentemente, los primeros del ranking son los más recomendados.
Por otra parte, utilizan el fácil recurso de hacernos sentir importantes. Es decir, nos indican desde el número de gente a la que ha sido útil nuestra opinión hasta ha darnos medallas por el número de opiniones: «ahora eres un experto», etc..
Pero todo en la vida tiene efectos perversos y estos recomendados han creado casos de abuso o directamente las opiniones son tan subjetivas que lo único que pueden hacer es crear más confusión que otra cosa. Y de esto se aprovechan los establecimientos así como los usuarios.
Los establecimientos miran como punto de valoración casi único los comentarios en tripadvisor. De todas formas, es muy fácil poner comentarios falsos o en otras ocasiones, hay demasiado empeño en facilitarnos los comentarios en tripadvisor que se hace hasta pesado. Al conocer las interioridades de este mundillo, creo que algunos directores están más preocupados de los comentarios tripadvisor que en lo que sucede cada día en su establecimiento.
A continuación pongo algunos ejemplos de los millones que me he encontrado con esos sistemas de recomendación:
- Me falta la coca-cola. Una vez estaba buscando un establecimiento no excesivamente conocido. En los comentarios aparecía algún cero como puntuación. Cuando ves los ceros te da un bajón en el cuerpo. Ya tenías un lugar bien ubicado y no muy caro pero claro, no podía ser todo tan bonito. Pero aquella vez, decidí mirar uno por uno todos los comentarios. Este es un ejemplo de esos comentarios negativos:
— le pongo un cero porque no tienen coca-cola y solo tiene pepsi.
- La subjetividad al poder. Hemos de intentar de filtrar la componente subjetiva de los comentarios. Es muy complicado pero está claro que lo que para ti es blanco para otros es negro. Por tanto, obvia todos los comentarios del estilo
— Habitación no muy bonita. Lo bonito y lo feo hay que tenerlo en cuenta según el contexto. Cada país y cada precio tiene su nivel de belleza proporcional. De todas formas, es complicado que algo sea bonito para todo el mundo.
— Son antipáticos en recepción. Un clásico. Insisto que el tema cultural es un factor importante. Por otra parte, lo que hemos de tener en cuenta es que con la persona de recepción en la mayoría de los casos hablarás dos veces en el mejor de los casos (al entrar y al salir siempre y cuando coincidas con la misma persona).
— Es muy ruidoso. Este caso es real y me pasó en un hotel de Fuerteventura. En un comentario hablaba de que no podía dormir debido al sonido de los aviones sobrevolando el hotel. Finalmente fui y sinceramente, creo que no oí ni un avión en toda mi estancia.
Durante esta semana he visto en la prensa un artículo que iba en este sentido. Vamos a hacer una prueba. Aquí tenéis opiniones que se vierten de algunos destinos y valora tú si irías o no:
Opinión 1: Parece que está hecho de cartón piedra y no está tan viejo como tendría que ser un monumento tan antiguo.
Opinión 2: Es muy pequeña y no especialmente agradable a la vista.
Opinión 3: Un truño. Solo hay garabatos. Si me das un lienzo lo pinto en mi casa.
Opinión 4: Es una empanada mental. Es un espacio muy grande que parece la estrella de la muerte.
Opinión 5. Es una torre anodina y descafeinada.
Opinión 6. Si tienes cosas mejor que hacer, pasa de ir.
Opinión 7. Una pasta para ver sobre todo jardines.
Opinión 8. Te ponen unos auriculares con una persona hablando con un tono soporífero de documental de la 2.
Opinión 9. Decepcionante. Al subir nos encontramos con un espacio no muy amplio lleno de gente y con barrotes (supongo que por seguridad).
Opinión 10. Las vistas de la ciudad son pésimas.
Opinión 11. Un monasterio con más años que Matusalén y muy anticuado.
Opinión 12. Lo único que hay son andamios.
Opinión 13. Vaya mojón, solo hay cuadros.
Si te basas en estas opiniones, posiblemente puede que decidas no ir a estos lugares.
Pero cuidado, te perderías lo siguiente:
Opinión 1. Acueducto de Segovia
Opinión 2. La rana de la universidad de Salamanca
Opinión 3. Guggenheim de Bilbao
Opinión 4. La Sagrada familia de Barcelona
Opinión 5. Torre de Hércules de A Coruña
Opinión 6. Cueva de Altamira
Opinión 7. Alhambra de Granada
Opinión 8. mezquita de Córdoba.
Opinión 9. giralda de Sevilla.
Opinión 10. Muralla de Ávila.
Opinión 11. Monasterio del Escorial.
Opinión 12. Atapuerca.
Opinión 13. Museo del Prado.
Lo dicho, menos mal que no hay que hacer caso a todo lo que hay por internet.
Alejandr0ck dice
Muy interesante …!
habitaciones para estudiantes en Barcelona dice
Hola!
Interesante visión sobre el debate de la infoxicación.
Totalmente de acuerdo con el apartado «Me falta la coca-cola». ¡Parece que siempre debe llover a gusto de todos!
Saludos desde Barcelona.
Nuria dice
Muy buenas! me ha gustado el artículo, no soy muy de comentar pero aquí estoy! Me encantó tu Blog.
Manuela dice
Hola
Interesante tu artículo. Creo que cuando cualquier mortal busca ideas o recomendaciones sobre qué ver y a dónde ir en un viaje, todos los blogs son válidos y se deben merecer una parada en las búsquedas. A todos los que tenemos nuestros pequeños blogs, que los compartimos para poder ayudar con nuestras rutas y impresiones, nos hace ilusión cualquier visita.