Con este post inauguro una sección que creo (y espero) que dará de sí en el futuro. La llamaré #picoteando y este será su hashtag en las publicaciones relacionadas con esta sección en redes sociales. Durante mucho tiempo he tenido la impresión de que si no hacía un post con una gran cantidad de información no merecía ser publicado. Esto ha hecho que muchos momentos se hallan quedado guardados en mis apuntes viajeros. Sin embargo, con los años he aprendido que la única regla de un blog es que no hay reglas. De hecho, hace unos años conseguí ser lo que ahora llaman viral con el post sobre el slowblogging. En él ya intentaba de desvincularme un poco de la vorágine a la que estaba yendo el mundo bloguero.
Ahora publico poco, pero quizás menos de lo que podría publicar si abriera un poco el abanico de posibilidades, Y es por ese motivo de autocensura que una vocecita me quiere decir que es «digno» o no de ser publicado. Pero he decidido que hay que abrir la mente en mi concepción de lo que es un blog y reflexionar sobre el fin que tiene en mi vida. Al final, se trata de compartir con vosotros dando un poco igual el número de palabras y de temas. Lo importante es seguir teniendo la necesidad de comunicar algo. ¿Porque no puede ser una simple foto motivo de una publicación? ¿porqué no puedo hablar de música en mi blog de viajes? Pues no hay motivos porque es mi blog y al final las reglas las dicto yo. Realmente así comenzó este blog: picoteando con dibujos. (y seguiré publicando garabatos claro..)
Y si todo esto causa un caos en el algoritmo de google y el gigante californiano decide que esta no es la forma de publicar y apareceré menos en sus búsquedas, pues sinceramente, me importa un bledo.
Y para acabar este post que puede marcar el camino en próximas fechas (o quien sabe si años) aquí va una foto que tiene que ver mucho con este artículo. Vemos un simple corazón que efectivamente nos da pistas sobre su ubicación. A pesar de lo que parezca no es China sino el barrio chino más impresionante que he visto fuera de China. Concretamente el de San Francisco. Allí, desde la casa de Google os mando este corazón diciendo que muchas gracias por haber leído en alguna ocasión este blog. Os quiero Y al google de San Francisco, que le den…
Deja una respuesta