En este post os hablaré de viajes por trabajo y otros temas relacionados. Estos días estoy metido en cursos de liderazgo y gestión de equipos y personas. En este tipo de cursos siempre se explica los cuatro tipos de personas que existen y cómo se utiliza este análisis en los temas de selección de personal o para analizar los grupos de trabajo. Dependiendo de las áreas del cerebro que tenemos más desarrolladas, básicamente los tipos de personas que existen son las llamadas cuatro «Ps»:
a) Propósito. Un perfil orientado a objetivos y resultados. Análisis crítico y le gusta evaluar y decidir.
b) Procesos. Fiable, disciplinado y muy organizado.
c) Creativos. Expresivo, construye conceptos, improvisa y le gusta innovar.
d) Emocionales. Sensible, escuchador, orientado a personas y le gusta trabajar con gente.
Posiblemente en algún momento de tu carrera profesional te hagan un test para analizar el tipo al que perteneces. Por ejemplo, un director comercial es interesante que sea a) + d).
No hay buenos ni malos, simplemente eres de un tipo determinado. Ahora bien, saber el tipo al que perteneces te hace ser consciente de los puntos débiles y por tanto pueden entrar dentro de las competencias a desarrollar.
Hasta no hace mucho se pensaba que para tomar decisiones era importante analizar todos los datos y por tanto tener un perfil tipo a). Sin embargo, recientes investigaciones como la del profesor de psiquiatría Roderick Gilkey de la Universidad de Emory, realizó un estudio para ver que pasa en el cerebro de los ejecutivos cuando tratan decisiones estratégicas. Inicialmente era de esperar mucha actividad en la parte del cerebro donde reside el pensamiento lógico y de planificación, pero se encontró más actividad en la zona del cerebro relacionada con el emotivo.
Por tanto, poder analizar un problema a través de la perspectiva de la otra persona es tan importante como analizar los datos puramente lógicos.
De esta forma, un ingeniero de vocación, puede tener cierta tendencia a parámetros racionales, procesos, etc. Pero, solo con esas características será complicado que consiga ser un líder eficaz. Para que te sigan has de saber empatizar con tu equipo y esto es una competencia que sin duda hay que desarrollar.
Al igual que un líder necesita empatizar, es en este punto en el que creo que viajar aporta una ayuda importante para desarrollar muchas competencias que sin duda son de aplicación en tu vida profesional (y no profesional).
Viajar es tener contacto con la gente, otras culturas y por tanto aprender a ver el mundo desde diferentes perspectivas humanas. Un viaje, a ingenieros como yo, ayudará a desarrollar la componente empática y emocional de una manera efectiva.
Alguien que sea muy organizado y le gusta el método se verá obligado a desarrollar su parte más creativa o de improvisación intentando decidir sobre la marcha ante un problema que se plantee en un viaje (que siempre hay alguno).
En mi caso, hace años el hablar en público no era lo mío y era bastante tímida con la gente. Además, soy una persona despistada por naturaleza por lo que mi organización deja mucho que desear. Viajar a potenciado muy positivamente dos puntos débiles. Ahora, digamos que tengo cierta facilidad para hablar o simplemente iniciar conversaciones como hago con los nativos del lugar en el momento de viajar. También, en mi caso, he aprendido a ser un poco más organizado. Tanto viaje requiere esta organización que estoy adaptando a mi vida no viajera.
Como veis, los viajes pueden ser un elemento que os ayuden a mejorar profesionalmente desarrollando competencias en los que sois débiles así como ser mejores personas. Al fin y al cabo, de eso se trata. Por cierto, si en un proceso de selección decid simplemente que sois conscientes de vuestras debilidades y que estáis trabajando para reforzarlas. Y viajar es una de vuestras medidas.
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