Habitualmente reviso las fotos de los viajes. Cuando me siento en el ordenador el ratón se va casi de forma involuntaria a la biblioteca fotográfica. Mi subconsciente sabe que hay tantos buenos momentos allí guardados que de vez en cuando necesita ese aire positivo de recuerdos, muchos de ellos viajeros.
Podemos decir que no soy una persona de grabar muchos videos y creo que es porqué no los necesito. Cuando veo las fotografías no me quedo con la captura de ese milisegundo, sino que mi mente extiende ese tiempo hacia delante y atrás recreando lo que pasó en aquel día, aquel instante. Supongo que es la magia de la fotografía y creo que es un ejercicio que comenzaré a compartir con vosotros en el blog. También es verdad que hay fotos con más historia que otras, y algunas que simplemente hablan por si solas.
¿Os imagináis la historia que hay detrás de la siguiente fotografía?

En ella estoy yo mirando a la cámara, concretamente a Maria a la que una sombra delata. Mi rostro no expresa alegría precisamente y casi que está buscando complicidad. Pero una parte importante de este momento está detrás mío. Allí se ve a Pau al que el encuadre no permite identificar junto a David, un metro más atrás. Él me mira en la distancia con una postura de cierto temor… Y es que unos segundos antes:
– Papá, quiero hacer una foto con esa cámara pequeñita –equivalente a GoPro
– No David, que se te puede caer y romperse. –Advierto como padre precavido
– Papá, déjame hacer una foto. No se caerá. – Insistiendo como cualquier niño de 4 años
– No David, que como se rompa y tú tienes la tuya… – Intenté distraer la atención de David.
– Papá..
-Vale, solo una foto. –Y cedí. Gran error
Catacrack! Cámara al suelo.
– (No expreso mi pensamiento por autocensura). -Me siento (como se ve en la foto) y me trago las palabras que intentan salir tapándome involuntariamente la boca intentando no mirar al autor del desastre. Y mientras, el pequeño objetivo de mi flamante cámara con una grieta…
– David que has hecho? -dice Maria intentando mediar. Déjame ver si se ha roto. Probaré a hacer una foto…
– Click!
Jejeje….
Creo que todos hemos cometido errores parecidos. En mi caso fue haciendo un safari fotográfico de flores y saltamontes cerca de casa….
…qué buenas fotos hacia aquella cámara!!!??
Yo perdí mi primera cámara digital literalmente en el Camino de Santiago…. Y ya no era tan niña… David no lo haría con intención pese al aviso reiterado de su padre, son accidentes que como en mi caso suceden… Pero la imagen capturada en el momento habla por sí sola…
@Yolanda, esa imagen, tomada como prueba de que la cámara funcionaba, efectivamente habla por si sola. A veces, las mejores fotos son las que se toman sin premeditación o buscando la gran foto…