Quería dedicar hace tiempo algunos artículos al mundo del chocolate. Ese fascinante producto que desde que somos pequeños nos atrapa y que crea una relación estable y placentera durante toda nuestra vida. Revisando mis experiencias viajeras he descubierto que hay una historia chocolatera escondida, pequeños rincones que a primera vista han pasado inadvertidos pero que mirándolos con calma aparecen con sabor a cacao.
En esta serie de artículos quiero repasar algunos de los momentos chocolateros de mis viajes en lo que será una serie dedicada a ese alimento que llegó a utilizarse como moneda en el nuevo mundo.
El descubrimiento del chocolate
El 30 de Octubre de 1520, Hernán Cortés escribía en una carta:
«es una fruta como almendras, que ellos venden molida, y tienen en tanto que se trata por moneda en toda la tierra y con ella se compran todas las cosas necesarias en mercados y otras partes».
El mismo Hernán Cortés haciendo valer su prestigio y condición de enviado del rey solicitó de Moctezuma que le regalara una plantación de cacao. Moctezuma, le ofrecio la plantación real de Mnialtepec donde no faltaban «las semillas de oro«. A finales del siglo XVI según el artículo hispano-americano «Chocolate» del Conde de Navas, la carga valía 400 pesos de oro, esta se dividía en tres xiquipilis y este en 20 coutles y el coutle en 400 cacaos. Un conejo costaba 10 almendras (cacaos), un esclavo 100 almendras y el favor de una prostituta 10 almendras. Curiosa relación entre el placer sexual y el gastronómico…
En vista del valor del cacao, pronto surgieron falsificadores. En la obra «Historia de las cosas de Nueva España«, recoge un completo estudio sobre las diferentes maneras de falsificar la moneda mexicana. Uno de los secretos para hacer la moneda más atractiva consistía en cocer y tostar las falsas habas para simular una buena calidad. Otro sistema consistía en introducir en las cáscaras vacias de las almendras una pequeña cantidad de masa o cera negra, volviéndolas a pegar con destreza. Tantos fueron los intentos de estafa que se tuvieron que enviar a la corte muestras reales para poder detectar el fraude.
Visitando el origen en Europa
Un monje del Cister que acompañó a Hernán Cortés a México, Fray Jerónimo de Aguilar, envió el primer cacao junto con la receta del chocolate al abad del Monasterio de Piedra, D. Antonio de Álvaro.
Fueron los monjes de este insigne cenobio los primeros en probar este manjar. Visitamos Monastaterio de Piedra en el año 2012 y ya expliqué la experiencia de alojarse en el Monasterio de Piedra. Salir de las habitaciones y encontrarte con la calma que emana un monasterio es una experiencia de la que guardo muy buenos recuerdos.
Con ello se explica la tradición chocolatera de la orden Cisterciense. En algunos monasterios existe encima del claustro una pequeña estancia llamada chocolatería, donde cocinaban y degustaban el chocolate.
Y con todo lo dicho, sentí una sensación parecida a la de visitar un museo con obras de arte importantes cuando visité las cocinas de monasterio. Esas mismas que fueron testigo de los primeros cacaos venidos del nuevo mundo y el primer chocolate que se preparó en europa.
El Monasterio tiene una muestra permanente en el que explica la historia de la introducción del chocolate en Europa y de la que he extraído parte del material necesario para realizar este artículo. Si eres un apasionado del 100% cacao, este deberá ser la primera parada de tu viaje al mundo del chocolate. Y de paso te recomiendo visitar su parque natural.
El pecado del chocolate celestial
Una vez introducido, el consumo de las comunidades religiosas llegó a ser tan desproporcionado que comenzó a presentar serios problemas en los días de ayuno y Cuaresma. La duda era si realmente se infringía el ayuno. Finalmente tuvo que intervenir el papa Benedicto XIV quien opinó que podría tomarse chocolate, pero solo uno al día. Supuso tal alivio esta medida que el cardenal Brancaccio calificó al chocolate como una bebida comparándola con el agua y el vino, ambos líquidos utilizados en la sacristía.
Como veis, ni los religiosos pudieron abstraerse de la atracción del cacao. Como sino, voy a poder yo evitar deleitarme con una tableta de un 100% cacao…
Edu y Eri dice
Uno de nuestros lugares favoritos de España 🙂 Fuimos hace cinco años y nos enamoró!
somos dice
Edu y Eri, pues sigue enamorando! 😉