Mohamed es musulman como su nombre delata. Vive en Casablanca (Marruecos) cerca del puerto. Desde pequeño ha jugado por las callejuelas repletas de tiendas de la medina. Ahora, muchos de sus amigos de infancia tienen una tienda en este mágico lugar.
Ellos están orgullosos de vender Lacoste, Dolce Gabana, etc. y todos con una calidad mejor que los originales. Por lo menos esto es lo que predican. Esta situación había hecho que Mohamed ansiara tener su negocio por encima de todo. Qué fantástico sería ver pasar los días a la sombra de las estrechas callejuelas atendiendo a clientes. Pero le faltaba lo más importante. Qué negocio? y con que dinero?
Un día estaba leyendo un artículo en el periódico que explicaba que en pocos años todos estaríamos gordos. De repente vió la luz. Debía ayudar al mundo a evitar este problema. Salió corriendo a su casa intentando recordar donde estaría la antigua …
Un mes más tarde el negocio iba viento en popa. Al paso de la gente gritaba:
– amigo, Sabe lo que es el colesterol? Sabe que el mundo se extinguirá porque explotaremos todos de gordos?
Al instante los clientes se subían en su báscula atenazados por el remordimiento de la cena de la noche anterior. Por supuesto, les citaba para una revision a los 7 días.
Mohamed y su báscula están en la Medina de Casablanca. Quizás pronto abra una delegación en otra ciudad. Solo necesita otra báscula.
Mohamed y su báscula
A veces, poner un negocio es más sencillo de lo que creemos…
¿Es esto cierto? De serlo, estoy sorprendida. Mohamed supo poner atención a su alrededor!!!
Ahora bien, ¿qué es la medina? He leído algo sobre Marruecos, y he visto que mencionan varias veces «la medina», pero no entiendo qué es eso.
Yo vivi unos años en Afghanistan pues en la ciudad de HERAT se hace lo mismo muchas personas tienen sus basculas en las calles y te cobran unos cuantos Afghanis,llama mucho la atención,en fin cada cual se gana la vida como puede.
Yo vivi unos años en Afghanistan pues en la ciudad de HERAT se hace lo mismo muchas personas tienen sus basculas en las calles y te cobran unos cuantos Afghanis,llama mucho la atención,en fin cada cual se gana la vida como puede.
Gracias César por tu aportación
Vi lo mismo, un hombre mayor sentado en la acera y con una báscula de baño frente a él, esperando posibles clientes para pesarse. En un rato que lo observé no vi a nadie que lo hiciera.