He pensado en Rio de Janeiro esta semana por el carnaval. El año pasado hice un listado de los Carnavales más famosos del mundo (también en la versión podcast) en el que aparecía esta ciudad. Hoy viajaremos a esta ciudad para ver cosas que hacer en Río de Janeiro. La primera vez que fui a Brasil fue en el 1999y lo sé forma tan precisa porque recuerdo que vi el estreno de la segunda trilogía de star wars. Allí la estrenaron antes que en Europa y puesto que me gustan aproveché para verla. Por cierto, en versión original ya que no hay tantos países como España que lo doblamos absolutamente todo. Disculpad, volvemos al tema que nos ocupa… y para los que prefiráis oírlo aquí está el podcast del programa de radio en Onda Cero Tarragona que hablé de Río basándome en este post.
Llegar a Río de Janeiro
Una de las cosas que más impresiona de Río de Janeiro es precisamente el primer vistazo pero desde el avión. Creo que es una de las ciudades más curiosas de ver desde el aire. Hay montañas, bahías, playas o lagunas y en medio de todo ello las casas.
Y si aterrizando tenemos unos auriculares debemos ir entrando en situación oyendo por ejemplo esta canción: garita de Ipanema.
Garota de ipanema.
Creo que ya estamos a punto para aterrizar. Pero seguimos con esa música que se engancha y por tanto, nuestra primera opción de las cosas que hacer en Río de Janeiro estará relacionada con esta canción.
Vinicius de Moraes y Antonio Carlos Jobim son dos compositores de bossa nova que allá por el año 1962 pasaban el rato en el bar Veloso en la rua que sería luego Vinicius de Moraes. Allí, dicen que componían, pero si acaso lo hacían con su caipirinha o cervecita. Y cada día, pasaba una muchacha rumbo a la playa. Y tanto la vieron que le dedicaron la famosa canción canción. En el año 1965 confesaron que la muchacha en sí, se llamaba Heloida. Es más, Jobim y su esposa fueron los padrinos de la boda de Heloida. Ella hoy tiene una cadena de tienda de bikinis que se llama, exacto… “garota de ipanema”.
Pues el bar, hoy en día sigue ahí. Eso sí, ahora evidentemente se llama Garota de Ipanema y podemos ir el primer día a comer algo. La comida está buena y siempre puedes tomarte una Caipirinha (aunque no será la mejor que tomes en Río de Janeiro).

Enfrente está el Vinicius que es un bar pero que ofrecía música en directo. Lo último que supe es que está cerrado por reformas…
Playa de Ipanema
Después de ir a este bar, salimos y caminamos unos pocos metros (una manzana) para llegar a la playa de Ipanema. Sin duda, si hay cosas que hacer en Río de Janeiro, siempre tenemos presentes sus playas. En Río de Janeiro tenemos las playas de Ipanema y Copacabana como las más famosas.
Pero seguimos en Ipanema. Allí, en el paseo justo en la parte más cercana de Copacabana está la estatua de Jobim guitarra al hombro andando por el paseo como quizás lo hiciera tantas veces.

Ipanema tiene 2 kilómetros de costa y suave arena blanca hace que sea una de las preferidas por lo cariocas.

Como diría mi hijo, para ser un total pro, de la playa de Ipanema hay que saber que está organizada por “postos”. Tenemos el Posto 8 en cuyas inmediaciones y flanqueado por la bandera arcoíris encontramos la zona gay. En torno al posto 9 se encuentran lo que en Santa Mónica llamaba el muscle beach. En la guía ponía que están los más guapos cosa que encuentro una tontería. A ver quien se va al posto de los feos si lo hubiera.

A lo largo de la playa tenemos campos de fútbol, vóley y futvoley (aquí se trata de futbol). La zona del Arpoador es la más popular para practicar el surf.

Cuidado con la seguridad. Yo una de las veces que fui era una época problemática ya que era aquella que venía la gente de las favelas (bandas juveniles) y de repente rodeaban a un turista y le asaltaban.
Copacabana
Y se pasamos el arpoador llegamos a Copacabana. La playa más conocida de Brasil y quizás del mundo. Allí con su típico paseo a pie de plaza con un mosaico en forma de ola en blanco y negro.

Aunque la época dorada fue en los 40 y 50 por los elegantes clubs, casinos y hoteles que había, no ha pasado de moda ni mucho menos.
Allí se concentra el mayor número de alojamientos y en sus alrededores hay un gran número de restaurantes y alguno de los famosos bares patrimoniales. (hay bares tradicionales conocidos como botecos, pero hay algunos que son especiales y entran en la categoría de Bares Patrimoniales: décadas de existencia y forman parte del patrimonio cultural de la ciudad).

Y en las inmediaciones de las playas tomarse un zumo de fruta en las suquerías de frutas tropicales y subtropicales. Y es que Brasil es un paraíso de la fruta.

Hemos paseado por la playa y desde Copacabana, mirando hacia la ciudad, a nuestra derecha tenemos el pan de azúcar y enfrente tenemos al cristo redentor sobre el Corcovado.
Cristo en Corcovado
Otro de los iconos y clásicos en las cosas que hacer en de Río de Janeiro, un majestuoso cerro de 710 metros de altura con una colosal escultura de 30 metros con un pedestal de 8 metros más que forma parte de las 7 maravillas del mundo moderno.

Como curiosidad, la estatua que está en una cima es alcanzada por 3 o 4 rayos cada año. A pesar que tiene un buen sistema de pararayos hay que reparar cosas cada año.
Para subir puede ser un problema: hay varias opciones desde transporte público a privados o todo organizado. Lo que no descartamos es subir andando desde un camino que sale de las cercanías del jardín botánico.

En la Wikipedia si busca este cristo creo que alguien ha colado algo ya que pone: “cuentan algunos que por las noches la estatua cobra vida, baja de su pedestal dedicándose a reventar todo lo que se le pone por delante, por ello muchos brasileños lo llaman el cristo reventon”
Tengo que preguntar a mis amigos brasileños pero dudo que esto sea cierto. ¿un cristo rebelde?
Pan de Azucar
Y desde el Corcovado vemos el Pan de Azucar. Se dice pan de azúcar porque recuerda a los moldes de azúcar que usaban para refinar el azúcar. Otro enorme cerro de 400 metros de altura, famoso por sus hermosos senderos inmersos entre la floresta tropical así como las vistas panorámicas desde su cima. El ascenso puede ser a pie o en el “bondinho del pan de azúcar”, un teleférico de cristal que logra recorrer 1400.

Barrio de Santa Teresa
Después de ver Rio desde la playa y desde el aire vamos a un barrio. Y me quedo con Santa Teresa. Es un barrio que recuerda a la época colonial y tiene ese encanto.

Ahora se ha transformado en un barrio más bohemio.
Justo en la frontera de Santa Teresa con Lapa tenemos las escaleras de Santa Teresa o Selarón. Esta escalera fue creada por el chileno Jorge Selarón. Allí durante muchos años fue poniendo los coloridos azulejos forrando las escaleras.

El proyecto había acabado varias veces y volvía a empezar ya que como el decía es una obra viva y que cambiaba con el tiempo. Los visitantes, incluso le llevaban azulejos para que los añadieran a las escaleras. El bueno de Selarón llegó a ser una atracción en si mismo y que no ponía problemas en hablar con los turistas. Finalmente, su historia acabó trágicamente cuando apareció muerto en el 2013 en los propias escaleras.
Parque nacional y floresta de Tijuca
Dicen que es el mayor bosque urbano del mundo y sin duda es uno de los rincones más espectaculares de Río de Janeiro. Es como una selva a la que puedes acceder sin problemas y en la que hay todo un fantástico esplendor natural formado por muchas especies animales y vegetales. Es tan grande que en su interior está el mismo Corcovado.


Maracaná
En Río de Janeiro está el que sea posiblemente el estadio de futbol más famoso del mundo. Tiene el record de asistencia a un partido de futbol con unas 180.000 personas y sin duda está en los imprescindibles que hacer en Río de Janeiro. Aquel día de 1950 fue posiblemente uno de los más triste de para Brasil ya que perder en casa contra el vecino rival Uruguay no estaba en los planes de nadie en aquel abarrotado estadio. El estadio se puede visitar y aunque ya no es lo que era, es una buena visita para los amantes del futbol.

Y si tenéis algún amigo brasileño os sugiero que habléis de futbol con él. Realmente asumen casi que el fútbol nació allí.
Laguna Rodrigo de Freitas
Río de Janeiro es sorprendente desde el punto de vista de su orografía. Por ello, no nos extraña encontrarnos una gran laguna a metros de la playa. Allí, se nos abre otro abanico de posibilidades desde pasear su perímetro o incluso coger alguna de las barquitas que se pueden alquilar en el oeste de la laguna.


En los alrededores también encontramos el museo botánico y un poquito más allá el planetario de Gavea. Todo ello forma una buena combinación para la visita en familia.
Y como no podía ser de otra manera, al tener uno de los carnavales más famosos del mundo, en este post sobre los mejores carnavales del mundo, podéis saber un poco más sobre esta fiesta en Rio de Janeiro.
Nota: Fotos de Shutterstock (las que tenía eran pocas por un problema con la cámara y de poca calidad).
Viajo en marzo me interesa
Espero que te vaya bien por Rio. Espero que cuentes algo de la experiencia por aquí. Saludos,
Hola Juan Antonio,
Veo que vivimos casi al lado el uno del otro. Tenemos la intención de ir a Rio de Janeiro el próximo año. He leído tu interesantes aportaciones en tu blog y también he escuchado tu intervención en Onda Cero, me gustó pero me supo a poco.
Nos preocupa un poco el tema de la seguridad. Lees las diferentes páginas oficiales de los Ministerios de Asuntos Exteriores de países como el nuestro, Francia, Gran Bretaña o USA y es para echarse a temblar, pero luego constatas la realidad de la gente que ha viajado allí como turista o lees los numerosos blogs y la impresión que te llevas es bastante diferente.
Querría saber eso, tu experiencia respecto a la seguridad en Brasil, en especial en Río de Janeiro. ¿Es visitable sin demasiadas preocupaciones si se toman las medidas aconsejadas?
Gracias