El pasado fin de semana estuve en Tarragona, concretamente en su catedral. El motivo era que aprovechando que la catedral estaba cerrada por trabajos de restauración se estaba realizando una prospección arqueológica dentro de la misma. Puesto que todos tenemos un indiana lo encontré interesante y para allí fuimos.
Según el historiador Tácito, en el año 15 d.C. una representación de tarraconenses solicitaron al emperador la construcción de un templo de culto a su antecesor Augusto, que había muerto un año antes y que fue quien otorgó a Tarraco la capitalidad de la provincia.
Sería el primer templo que tendría dedicado fuera de Roma y tendría unas dimensiones similares al Partenón.
Posteriormente, a finales del siglo V o inicios del VI, se edificó la catedral de Tarragona. Se cree que bajo ésta se encuentra el templo de Augusto y es por ello que se llevan a cabo estas prospecciones.
Total, que donde está ahora la catedral…
Quieren investigar si estaba el tempo de augusto, que se ubicaría mas o menos aquí…
Los trabajos actuales se realizan mediante la última tecnología y sin interferir en la actividad cotidiana. La prospección se hace hasta diez metros de profundidad con técnicas como la innovadora tomografía de resistividad eléctrica. Por tanto, aplicaron esta tecnología en el suelo de la catedral para ver si se apreciaba algún tipo de cimiento…
Parece que hay algo debajo del suelo. En la zona central de la nave hay cambios de resistividad en el subsuelo. Una primera evidencia que hace que se decida excavar. Para ello, hay que tomar nota de todas las piezas del suelo. Luego habrá que dejarlas en la misma disposición. Para ello, se numeran todas…
Ya está todo preparado. Que habrá ahí debajo?
Bingo!!! efectivamente, las expectativas se cumplen y las conclusiones son que aunque no se puede verificar de manera absoluta que el templo encontrado sea el dedicado al emperador Augusto, hay una serie de evidencias que llevan a considerar el hecho desde una alta probabilidad», han explicado hoy los arqueólogos responsables de la excavación, organizada por el Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC), el Arzobispado de Tarragona y el Ayuntamiento.
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